Vicente, como es conocido en el populoso barrio de Garrido que le vio nacer, ha logrado algo “impensable” para él, como definió ante el corporación municipal de Salamanca, ser campeón del mundo con la Selección española.
Pero, además, es un “hombre tranquilo”, como lo definió el alcalde de Salamanca, Julián Lanzarote, y que desde el balcón del Ayuntamiento, en la Plaza Mayor salmantina, se dirigió a los más de tres mil ciudadanos, muchos de ellos ataviados con la camiseta de la selección española, que vitoreaban su nombre y a la Selección española.
“Un salmantino sin fronteras que estoy siempre a vuestro lado", se definió ayer Vicente del Bosque en su alocución ante los salmantinos.
Minutos antes de “agradecer” el recibimiento de Salamanca, el seleccionador español se dirigió a la corporación municipal de su ciudad, que ya le ha otorgado el galardón de Hijo Predilecto y que será entregado el 11 de septiembre, y lo hizo con “emoción” y “satisfacción”, pese a ser un hombre que “no es emotivo”, como él mismo reconoció.
Del Bosque indicó que estaba en su ciudad para “compartir” con sus ciudadanos “el éxito futbolístico español” y aseguró que cuando su hijo Álvaro le dijo que España iba a ganar el Mundial él mismo lo vio como “algo muy lejano y muy complicado”.
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