Urbas no da por perdida la batalla por Abengoa. Desde la empresa española, que fue la primera en presentar una oferta en firme para adquirir y salvar a la multinacional andaluza de la quiebra, se tiene el convencimiento de que Cox Energy se hizo con el control de la empresa con malas prácticas y que la justicia es su último recurso para poner las cosas en su sitio.
En este sentido, ayer se conoció, como adelantó El Confidencial, que el Juzgado de Instrucción número 15 de Madrid ha admitido una querella interpuesta por Urbas contra el presidente de Cox Energy, Enrique Riquelme, por un presunto “descubrimiento de secretos empresariales” durante el proceso de asignación a las empresas ofertantes en el concurso de acreedores.
La querella fue admitida a trámite el pasado 4 de julio, como también ha confirmado ya la propia Urbas, y la jueza Esperanza Collazos ya ha dado traslado de las diligencias a la Fiscalía para que se pronuncie sobre la adopción de posibles medidas cautelares contra Riquelme y su empresa, que también figura como investigada.
Según Urbas, la compañía que preside Enrique Riquelme habría usado "información confidencial" y "secretos de empresa" para configurar su oferta por Abengoa. Esto era lo más importante de la denuncia a la que ya tuvo acceso en exclusiva Publicaciones del Sur a finales del pasado abril, sólo unos días después de que el juez de la sección tercera del Tribunal de Instancia Mercantil de Sevilla, Jesús Gabaldón, adjudicara Abenewco, que posee los principales activos de Abengoa, a Cox Energy.
Según la querella admitida a trámite, a mitad del pasado año, un socio de la consultora PwC contactó con Urbas para “valorar posibles colaboraciones, integraciones de activos o incluso una adquisición” de Cox Energy.
Engaño
Según la querella, Cox Energy solicitó entonces información confidencial contable sobre Urbas. A lo que Urbas contestó con la exigencia de la firma de un acuerdo de confidencialidad para que sus "secretos empresariales" no pudieran ser utilizados para otra finalidad que el marco de esa operación.
Sin embargo, más adelante otro socio de PwC, en calidad de interlocutor de Riquelme, pidió a Urbas los detalles de la oferta que iba a presentar por Abengoa. La justificación de Cox Energy para hacer esta exigencia se basaba en que esta operación podría afectar al proceso de fusión en marcha entre Urbas y la empresa de Riquel.
Según detalla la querella, la constructora se negó a proporcionar los detalles solicitados, pero, el 15 de diciembre de 2022, el propio Riquelme escribió directamente a uno de los consejeros de Urbas, Pablo Cobo, pidiéndole "información reservada empleada para preparar la oferta presentada". Así, la querella incorpora estos mensajes enviados por Riquelme.
En estas comunicaciones, el fundador de Cox asegura a Cobo que sólo quiere dichos datos para ayudar a Urbas a hacerse con Abengoa, que en ese momento era la principal candidata para adquirir la compañía andaluza.
Así, Cobo "de buena fe" envió a Riquelme datos que incluían, entre otras cosas, "las condiciones de los préstamos con las entidades bancarias que financiarían la operación, los pasivos asumidos por Urbas, la estructura de todo el pasivo, posiciones concretas de avales, plan de negocio concreto para Abengoa a cinco años e hipótesis consideradas por Urbas para su materialización".
Esfuerzo de meses
Según la querellante, esta información "era el resultado de meses de esfuerzos de Urbas y sus asesores" y se trataba de "información reservada muy valiosa" para los competidores por hacerse con Abengoa durante el concurso de acreedores. Sin embargo, y para sorpresa de Urbas, fue Cox Energy quien, en vez de ayudar a su hipotético socio, elaboró en tiempo récord su propia candidatura, con una oferta que mejoraba lo que Urbas tenía previsto presentar, y la envió al juez del concurso.
Por eso, la batalla judicial por Abengoa sigue abierta mientras, fuentes sindicales consultadas por este medio, aseguran que los trabajadores van retomando la normalidad en la actividad de una empresa que se ha llevado años bajo la amenaza de una posible liquidación y que están muy atentos a estas noticias, que crean cierta desazón en la plantilla.
Abengoa, por su parte, no ha querido hacer ninguna declaración pública al respecto al tratarse de temas judiciales en curso.
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