Asegura que ella era la ?celosa y posesiva?, lo que le hizo perder a sus amigos
Un hombre que se enfrenta a 52 años y 8 meses de cárcel por maltratar y violar a su esposa negó ayer los delitos y aseguró que “en las relaciones sexuales, era ella quien me forzaba”, además de ser “celosa y posesiva”, lo que le hizo perder a sus amigos.
En el juicio que comenzó en la Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla, el acusado J. F. V. G, de 44 años, aseguró a los jueces que se casó con la ahora denunciante porque ella “le violó” una noche en que lo sorprendió en la cama cuando estaba dormido, y como fruto de dicha relación se quedó embarazada de su primer hijo, por lo que a continuación decidieron casarse.
La denunciante declaró a puerta cerrada durante más de dos horas y manteniendo todas sus acusaciones contra el procesado, informaron a Efe fuentes del caso.
El fiscal y la acusación particular solicitan para J. F. V. G. un total de 52 años y 8 meses de cárcel por tres delitos de agresión sexual, dos de abuso sexual continuado, uno de lesiones psíquicas y otro de malos tratos habituales, en una petición que incluye el pago a la víctima de 60.000 euros de indemnización.
Sostienen las acusaciones que el procesado es un hombre “dominado por las ideas religiosas”, por lo que, entre otros, le imputan rociar a la víctima con agua bendita porque “estaba endemoniada” y prohibirle usar anticonceptivos porque “la condenarían al infierno”.
El acusado negó haber intentado aislar socialmente a su esposa, con la que se casó en 2000, y por el contrario afirmó que ella era “celosa, posesiva y me hizo perder a todos mis amigos”. Sus discusiones fueron “las normales de todas las parejas”, según el acusado, que también negó haber intentado predisponer a sus cuatro hijos contra su madre.