En la inspección, los técnicos, acompañados por representantes de la compañía aseguradora, los dueños de los pisos y la Policía Local, tomaron muestras para su revisión y análisis al laboratorio de referencia en coordinación con la constructora de la obra de la Escuela Universitaria de Enfermería colindante, según informó ayer el Ayuntamiento.
Los resultados de los análisis “serán imprescindibles para adoptar medidas posteriores”, indicó el consistorio en un comunicado.
Los titulares de las cuarenta viviendas que aún están fueran de sus casas, que han recibido un documento donde formalmente se les informa del desalojo, pudieron sacar los enseres que han estimado oportuno después de que los de otras cuarenta casas menos afectadas regresaran la noche del jueves.
Los técnicos también realizaron un primer análisis de la cimentación, practicaron varias “catas” en los alrededores de los bloques afectados para analizar la situación y estudiaron posibles movimientos de tierra así como la estabilización del terreno.
Respecto a los desalojados, desde ayer se ha puesto a disposición el comedor universitario de la Escuela de Enfermería y se mantienen las reservas en dos hoteles.
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