El de Santa María puede y debe resultar elegante, bonito, llamativo, atractivo, coqueto y hacer de la placeta algo alegre, vistoso, placentero, de ensueño, de buen gusto. Todo depende del gusto, del estilo y del acierto del diseño que proyecten.
Los detractores de dichos kioskos, ¿no defenderán algún interés no confesable?... Y pregunto a estos señores tan puntillosos: ¿Es que no se han fijado en la mole faraónica de hierro y cemento que están soterrando y levantando entre catedrales? De eso, ¿no tienen nada que decir? ¿Eso no les llama la atención? Ahí sí que hay misterio encerrado. ¿Qué querrán hacer? ¿Un mirador para contemplar el mar evitando la presencia de los coches? Ese sí que es el gran problema de Cádiz, del Paseo Marítimo y del Campo del Sur: los coches que no dejan ver el mar en su genuina inmensidad y en su ambiente ecológico químicamente puro...
Me dicen que es que van a colocar en la Catedral encima de todo ese armazón de hierro y cemento. -Ah, entonces sí, ahora lo entiendo. Tres años llevan en la ejecucución del proyecto. ¿Cuantos millones van ya enterrados? ¿Cuantos faltan por dilapidar? El resultado será toda una maravilla, o más bien una chapuza al estilo del polideportivo del Mirandilla, dignos ambos de la piqueta.
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