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Lo que queda del día

La corriente de la incertidumbre

El PP parece olvidar que juega en campo contrario en las municipales, mientras que el PSOE lo hace como si tuviera que remontar en casa

Publicado: 13/05/2023 ·
21:02
· Actualizado: 13/05/2023 · 21:02
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  • Moreno en la Feria de Jerez. -
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

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Los titulares publicados este pasado viernes, coincidiendo con el arranque de la campaña electoral en la provincia, no despejan excesivas dudas acerca de lo que puede ocurrir el próximo 28 de mayo en algunas de las ciudades más importantes. La mayoría apela a la “incertidumbre” del resultado. Sospecho que esa “incertidumbre” hay que traducirla por “va a ganar el PP, pero tampoco parece estar tan mal el PSOE donde está gobernando”.

En cualquier caso, diluye la euforia en torno al predominante papel que los populares pensaban que iban a desempeñar en estos comicios, impulsados por la ola de Juanma Moreno y Feijóo y el progresivo declive de la imagen de Pedro Sánchez, y con él la del partido al que representa.

En ese mérito electoral atribuido per se al PP hay aún una escasa contribución de Feijóo, todo lo contrario que en el caso de Juanma Moreno, pero a nadie escapa el mérito del nuevo presidente nacional del PP a la hora de recomponer el partido en tiempo récord, restaurar su imagen y reconstruir el espacio de la derecha reconquistando parte del terreno en el que se había asentado Vox, después de la implosión suicida provocada por Pablo Casado: aquel día en que se nos atragantó el bistec en plena sobremesa mientras asistíamos en directo al derrumbe del partido.

Lo de Moreno merece mención aparte, independientemente de la gestión política, e incluso dejando a un lado las afinidades ideológicas -cuanto antes se asuman determinadas realidades, todo eso que llevaremos aprendido-. Basta con comprobarlo a pie de calle: actualmente hay muy pocos líderes políticos en nuestro país con esa capacidad de atracción y afinidad -la que vinculamos a una estrella del cine- y esa sensación de empatía que desprende en el contacto con la gente, hasta el punto de que en la campaña antepuso su marca personal a la del propio partido, y sin necesidad de caer en el populismo.

Eso que no había tenido hasta ahora el PP en Andalucía es lo que necesita el partido para dar certidumbre a sus aspiraciones municipalistas, aunque a veces parece olvidar que juega en campo contrario y que Moreno, por sí solo, no va a conseguir las alcaldías, por muchos selfies, besos y abrazos que reparta por la calle o por la feria. En realidad, sospecho que tiene más de efecto balsámico entre candidatos y militancia -y de efecto desmoralizador en el adversario- que entre el propio electorado, aunque tampoco sea cuestión de desaprovecharlo.

De todos los discursos del pasado jueves por la tarde -solo Vox respetó el horario oficial de las doce de la noche para hacer la pegada de carteles, y no por nostalgia, sino por cumplir de forma estricta la legalidad-, los más sinceros y honestos fueron los de aquellos que no ocultaron que sus aspiraciones entraban más dentro de lo plausible que de lo utópico: Ciudadanos, la de ser llave de gobierno en ciudades como Jerez; Andalucía por sí, la de formar parte de nuevas corporaciones municipales; Izquierda Unida, la de ampliar su presencia en gobiernos de coalición.

Por mucho que la mayoría se arrogue papeles triunfalistas, todos sabemos que solo uno de ellos terminará alzando el bastón de mando. Y lo más probable es que tenga que hacerlo apoyado por otro u otros partidos, y bajo el mismo compendio de bloques, a izquierda y derecha, que empezó a consolidarse en 2015, de ahí la importancia de esos partidos que pueden ser decisivos tanto para dar como para quitar a quienes, inevitablemente, y salvo casos contados, tienen las mayores opciones de gobernar: PSOE y PP.

El PP, ya digo, salvo en Algeciras y El Puerto, juega en campo contrario, pero también el PSOE está afrontando la campaña como si le tocara remontar un resultado adverso en casa. Ha olvidado que ganó el partido de ida -la gestión de la pandemia a nivel local, la recuperación económica, los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social, el impacto de los fondos europeos en el desarrollo de nuevos proyectos...-, y ha terminado por ceder a la corriente de la incertidumbre.

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