Con este gesto, que se repite un año más puesto que el pasado curso también se realizó, los alumnos más pequeñitos del centro escolar gaditano pusieron su granito de arena para hacer más llevadera la vida de otros niños de su edad que apenas tienen qué llevarse a la boca, además de lograr que “los niños se conciencien. Este gesto es una enseñanza de solidaridad más real para ellos que entregar dinero”, comentaba satisfecha Ela Manzano, coordinadora en Cádiz de Madre Coraje.
Solidaridad
Concretamente fueron 76 latas de atún, de un kilogramo cada una, las cuales se han comprado con los beneficios que se obtuvieron con el mercadillo que se montó en el centro días atrás con motivo de la Feria del Libro. “Un cheque es una cosa muy fría y más para los niños. Por ello se ha decidido convertir ese dinero en latas de atún”, comenta Ela.
En concreto, se decidió que fuera atún y no otro alimento el que se enviara a esos niños necesitados, por los grandes aportes nutritivos que aporta, siendo además un producto que no está al alcance de la gran mayoría de las familias de Perú.
Así, los 76 kilos de atún serán enviados a una casa del país sudamericano que acoge a “niños sin futuro y allí son escolarizados”, comenta la coordinadora de Madre Coraje.
Además, Ela Manzano añadió que este gesto es “un ejemplo por la difícil situación que vivimos” en España, pero aún así, “aquí tenemos posibilidades de ayuda y allí no tienen recursos”.
Los pequeños llevaban contentos su lata al grito de “Viva el atún” y comentando que “es para los niños pobres de Perú”. Uno a uno la fueron depositando en el vehículo de Madre Coraje hasta que los 76 envases fueron empaquetados.
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