La UE aplicará la regulación sobre la pesca en el mar Mediterráneo, que aunque fue aprobada en 2006 ha tenido plazos transitorios que terminan hoy y que para el sector pesquero han sido insuficientes.
Entre otros requisitos, la regulación incluye nuevas dimensiones de artes pesqueras, tallas mínimas en los desembarcos de varias especies y distancias obligatorias de la costa a las que tendrán que faenar los pescadores.
La UE decidió esta regulación con el fin de frenar la sobreexplotación en el Mediterráneo, donde la pesca no está regulada por cuotas (excepto para el atún rojo) y también para proteger especialmente a los juveniles.
En los últimos meses, la Comisión Europea (CE) ha recalcado que después de tres años, los países van tarde y no han puesto en marcha los planes necesarios para aplicar las reglas; del lado contrario, las organizaciones de pescadores y autonomías han pedido más tiempo.
En el caso de España, la CE opina que ha aprobado los correspondientes planes de gestión, pero cree que faltan notificaciones e informes científicos que los avalen, si bien hay países como Francia que están más atrasados en este ámbito, según han explicado a Efe fuentes comunitarias.
Dentro de las autonomías afectadas, Andalucía y Cataluña alertaron en Bruselas en abril del impacto económico de la nueva reglamentación y pidieron tanto aplazamientos como derogaciones.
La normativa tiene dos partes: una sobre la protección de zonas sensibles, en las que se prohíben prácticas consideradas destructivas y otra, de medidas técnicas, para asegurar una mayor selección en las capturas.
Más de 3.200 buques faenan en aguas del Mediterráneo, según la Confederación Española de Pesca (Cepesca), que también criticó las nuevas reglas.
En cuanto a las mallas, uno de las partes más importantes de la regulación, la UE exigirá que las redes de arrastre sean sustituidas por unas sean cuadradas de 40 milímetros o romboidales de 50 milímetros y con un límite de 3 milímetros del tamaño del torzal (hilo que forma la red).
Los pescadores y las autonomías han criticado que las exigencias para el torzal ponen en peligro la rentabilidad de la pesca, porque por ejemplo, una cuerda muy fina estropea las capturas.
En Andalucía, donde las normas afectan a 509 barcos, la regulación entra en vigor para las flotas de cerco y de arrastre, pero no para los marisqueros.
En esta modalidad el sector está a la espera de que la CE decida si le concede o no las excepciones solicitadas por la Junta de Andalucía, lo que se sabrá en unos tres meses; en concreto, esta autonomía quiere que los marisqueros no se vean afectados por una prohibición que les impide faenar a menos de 0,3 millas de la costa.
Por otra parte, la UE exigirá en el arrastre unas distancias mínimas de 1,5 millas de la costa, lo que se traduce en fondos marinos de más profundidad (ahora está en 0,7 y 1,5 millas); en cerco, esa lejanía pasará de 35 a 50 metros de profundidad.
La comisaria europea de Pesca, María Damanaki, considera que la regulación no prohibirá ninguna pesca tradicional, sino que permitirá derogaciones especiales si existen informes científicos que muestran que son respetuosas con el medioambiente y están reguladas por planes nacionales.
Damanaki presentará la semana próxima un informe en el que evaluará cómo han aplicado los países las reglas sobre el Mediterráneo.
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