El programa Andarríos, puesto en marcha en 2007, parte de la idea de que la sociedad tiene “una gran deuda con sus ríos” puesto que esos auténticos corredores biológicos, han sido fundamentales para el desarrollo humano, proporcionando fuente de recursos y energía, vías de comunicación, control de la erosión y de las avenidas fluviales, regulando el clima y aportando un gran valor paisajístico. Sin embargo, la acción humana se ha dirigido a explotarlos y modificar sus condiciones ecológicas, en ocasiones de forma irreversible.
En respuesta a esta situación, desde el Programa Andarríos se pretende un acercamiento a los ríos con otra mirada, promoviendo su conocimiento y valoración y propiciando la acción participativa en favor de su calidad ambiental.
Durante el año 2007 tuvo lugar la primera edición de este programa en la cual 94 asociaciones y entidades sociales y cientos de voluntarias y voluntarios de toda Andalucía han adoptado un tramo de un río cercano a su localidad, para participar de forma altruista en el diagnóstico de la calidad ambiental.
Asimismo desde el inicio del Programa de Voluntariado Ambiental de Andalucía un importante número de proyectos locales y campos de voluntariado ambiental se están centrando en la conservación y mejora de los ecosistemas fluviales, abriendo una puerta al compromiso solidario de la sociedad con estos entornos.
El programa de participación y educación ambiental Andarríos tiene como objetivo fundamental la promoción de la participación e implicación activa de la sociedad en la evaluación y en la conservación y mejora de los ecosistemas fluviales.
Desde Andarríos se pretende ayudar a cambiar la manera actual de pensar, valorar y usar nuestros ríos en el marco de la propuesta de la Nueva Cultura del Agua.
Este proyecto está impulsado desde la Dirección General de Educación Ambiental y Sostenibilidad de la Consejería de Medio Ambiente, en colaboración con la Agencia Andaluza del Agua y la Confederación Hidrogáfica del Guadalquivir.
Andalucía cuenta con una extensa red hidrográfica, de aproximadamente unos 46.000 kilómetros, estando el 62% de la misma dentro de algún espacio protegido. La idea del programa es entender que un río es algo más que una corriente de agua continua más o menos caudalosa, valorando sus múltiples funciones, como transportar agua y materiales sólidos, soportar hábitats en los que viven numerosas comunidades animales y vegetales, funcionar como corredores ecológicos, proporcionar belleza a los paisajes y servir de lugar de ocio.
Calidad de riberas y aguas
La calidad de las riberas andaluzas presenta valores intermedios, pues se equilibra el porcentaje de ríos con riberas degradadas y conservadas. Según el Plan Director de Riberas de Andalucía el 17% de las riberas no presentan degradación alguna (estado natural), valor que se complementa con el 32% que presentan calidad buena (perturbaciones ligeras).
En el estado opuesto se encuentran las riberas degradadas con un 31%, que se distribuyen en un 11% con calidad pésima y un 20% con calidad mala. El resto, un 20%, lo comprenden un caso intermedio, las riberas con calidad aceptable.
Su estudio, así, es básico. De esta forma, las entidades participantes en el programa Andarríos eligen uno o varios tramos de río de hasta un kilómetro de longitud y realizan, al principio de la actividad, una ficha inicial por cada tramo adoptado, donde ubican y describen el área del río que se va a evaluar. Estos tramos deben ser de fácil acceso y no revestir peligrosidad alguna.
Tras definirse quiénes serán los voluntarios participantes, al menos una vez al año durante los meses de primavera, cada entidad desarrollará una jornada de diagnóstico para obtener información sobre la calidad ambiental del río, sus parámetros físicos, químicos, biológicos e impactos ambientales, que serán recabados por la Consejería de Medio Ambiente.
Para más información, visite Canal del Agua
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