Se trata de una creación colectiva con la que los actores denuncian con teatro gestual las prisas y los excesos que se viven en la sociedad actual.
Además de su representación, el conjunto de actores tuvo la oportunidad de poner en escena uno de los sketch que componen la obra durante la presentación pública del festival ante los medios de comunicación, suscitando una "grata respuesta".
El montaje está basado en la temática clásica de los siete pecados capitales y surge con el ánimo de denunciar los excesos habituales de la vida cotidiana, donde las prisas, los vicios y la aparición de las nuevas tecnologías hacen cada vez más difícil interrelacionarse con los demás, provocando la inmersión en una espiral de individualismo y locura.
La dramaturgia se representa en lenguaje gestual donde el cuerpo cobra protagonismo y el manicomio donde los actores interactúan, presentándose éste como una cárcel del alma que mantiene presos a sus ocupantes y de los que sólo podrán salir si consiguen escapar de sí mismos para observar y ser conscientes del mundo.
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