El Cádiz que conocimos está tan muerto como Solves y Merchán, Isi y Cadisport. Lo que está vivo son los okupas que acuchillan a propietarios física o mentalmente. Los inkiniocupas que no te pagan con contrato firmado y tardas un año en echar de tu casa, para que cuando puedes acceder -después de pagarle luz y agua por la cara- te la encuentres hecha mierda. Eso es lo real. Que no se encuentra piso barato para alquilar o que la gente joven se tiene que ir, verídico. Pero no por los turistas, ni los forasteros. Que no se nos olvide que Cádiz siempre ha sido tierra de foráneos que se hacían gaditas, de los buenos, de prosperar y mirar hacia arriba, pensando qué podían hacer por mejorarla, nunca para mangar o beneficiarse personalmente. El odio al extranjero como forma de luchar por lo autóctono, me parece la mayor sandez de todos los tiempos porque Cádiz siempre ha sido cuna de civilizaciones, pero también mezcolanza y paso obligado con rezagados que se enamoraron de esta tierra y se quedaron en ella.
Es tamaña fatiga pensar en las migraciones africanas (fronteras acuáticas incluidas) son algo bueno, provechoso y que hay que defender porque llevan aparejados los derechos humanos y , al mismo tiempo, hincharte las venas con ese patriótico cantico de “lo nuestro para nosotros” como si nacer en un lugar te hiciera que pertenecieras a él o te diera un pasaporte específico para hacer según qué cosas. Es curioso porque muchos gaditanos de medio pelo tiene su segunda vivienda en Chiclana. También hay gente que se ha gaditanizado , comprando casa y asentándose, como los Supervielle a los que el abuelo compró panteón, decidiendo morir donde tan feliz había sido. Si repasan mínimamente esos apellidos tan aburguesados verían a turistas decimonónicos, no a chancleteros. Hombres prósperos que gaditanearon con la cultura, la política o el comercio. No eran asiáticos con cámara en ristre, ni blondies que quieren tomar sol en lata. Tampoco cruceristas, ni alpargatistas. Ni mucho menos inquiniokupas que se van como plaga a otra propiedad, a cantar la misma estrofa hasta que el Juzgado los vuelva a echar. El verbo “pagar” debería conjugarse antes que el” gritar”, “apuñalar” o “tener jeta sobrada” para vivir de lo que no te has ganado con el sudor de tu espalda.
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