Cinco orejas, puerta grande para El Juli y El Fandi y gracias...

Publicado: 07/05/2010
Ganadería Dos toros de Garcigrande lidiados en primero y tercer lugar y el resto del hierro de Domingo Hernández. Desiguales de presentación, sin raza aunque nobles. Por orden de salida pesaron 560, 490,485,523,520 y 540 kilos.
Cartel Julián López El Juli, de nazareno y oro. Estocada y ovación tendida trasera. Estocada sin puntillas dos orejas. David Fandila El Fandi, de vainilla y oro. Estocada caída y descabello. Una oreja. Estocada una oreja. Cayetano, de agua marina y oro. Estocada una oreja, tres pinchazos, estocada, silencio.
Cuadrillas Sobresalió en la tarde de ayer el jerezano Álvaro Montes al colocar dos buenos pares de banderillas al cuarto.
Incidencias Más de media plaza. Presidió Clara Montaño, generosa. Al final del festejo salieron a hombros por la puerta grande los toreros El Juli y El Fandi

la vista del resultado orejil, muchos pensarán que ha sido una gran corrida donde el público se ha divertido de lo lindo. Pues nada de eso. Ha sido una mansada con todas las de la ley. Ha habido un personal nada exigente y una presidencia benevolente. Cierto que la terna ha estado muy por encima de los toros que le han tocado, no había para más, pero aquí en Jerez el pueblo es tan santo y tan generoso que todo lo aplaude y todavía le chillan y se acuerdan de la mamá y el papá de la presidenta cuando pidieron la segunda oreja para El Fandi de su segundo. Quien ha visto esta plaza y quien la ve ahora. El Juli, que en su primero estuvo primoroso con el capote y el animal, empujó con fuerza, consiguió dos series de derechazos pulcros. El toro rajado y mirando donde no tenía que mirar comenzó a defenderse. Se esforzó en agradar y más lo hizo en el cuarto, aunque no lo sujetó de capote. Poco castigo recibió en vara Piadoso, que así se llamaba el animal, y estuvo pronto en un ajustado quite por chicuelina de El Juli. Alvarito Monte dejó dos buenos pares y su maestro brindó al personal. Las primeras series de muletazos por la derecha repetía y piadosamente tomaba bien el engaño, aunque por la izquierda no tragó y el torero abrevió, siguió por el pitón para elevar el tono de la faena aunque duró poco, cerrando con un circular completo. Lo bueno fue la estocada, doña Clara lo vio claro y le dio la segunda.
La gente se mosqueó con el primero de El Fandi, anovillado que perdió varias veces las manos, siguió las protestas y el piquero le enseñó la vara y le dijo “mira la vara, consérvate y corre con el maestro”. Efectivamente, llegó el espectacular tercio de banderillas y El Fandi hizo de las suyas moviendo bien las peanas. En su haber hay que anotar un quite por lopecina que intentó acallar al personal cuando protestaba. Estuvo listo. El tercio de muletas fue entre derechazos, rabillazos, da igual, todo termina en azo. El hombre se esfuerza y como mató por derecho le arrancó la oreja. Con el quinto igual de trabajador. Justifica El Fandi su caché y lo que sabe hacer es eso, transmitir en banderillas, y con la muleta trata de agradar componiendo una labor a compás abierto. El concierto de violín fue muy aplaudido y este Higuero que hacía quinto sin fijeza y salida poco le ayudó. Entabló todo el estoque, le pidieron la segunda oreja y doña Clara se resistió.
La única oreja de Cayetano se la cortó a su primero. Un toro suelto en capote, corretón, que esperó en banderillas tras una vara. La faena tuvo detalles elegantes, estéticos aunque discontinua tanto en series con la derecha y naturales. Fue acompañada por el pasodoble de la banda del maestro Domingo Hernández, que estuvo dedicada a José María Gaona, el célebre tío Caniyitas, que fue un buen crítico nacido en Cádiz. Hubo trazos aislados y algo distanciados, aunque carecieron de emoción. Seguro con la espada. El último gazapón soso y probón no le dio mucha opción a Cayetano. Algunos trincherazos estéticos con empaque y pinchó más de la cuenta.

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