En el taller se les enseñará el concepto de género e igualdad, se les ayudará a autovalorarse y se ls proporcionarán conocimientos sobre su sexualidad.
También se pretende informar sobre la detección de señales de violencia de género; dotarlas de las herramientas y técnicas necesarias para la búsqueda de empleo; se les ofrecerá asesoramiento de las diferentes entidades tanto públicas como privadas de atención a la mujer con discapacidad y se les enseñará a obtener información formativa y laboral a través de Internet.
Otros de los contenidos del taller son las normas de comportamiento y habilidades sociales para entrevistas laborale y el aprendizaje de actitudes y comportamientos según el género.
Aunque los objetivos están marcados el contenido y aprendizaje será adecuado a las características del colectivo, nunca se crearán inquietudes no existentes y si se atenderá las inquietudes que presenten. Este contexto es debido al respeto con el que se trata al colectivo de personas con discapacidad. El taller está dirigido a mujeres con discapacidad, de edades desde los 20 a 50 años.
Afede dice que en estos últimos años, las mujeres españolas han avanzado mucho y rápido, y su incorporación a todos los ámbitos de nuestra sociedad es gradual y constante, pero todavía queda mucho camino por recorrer para alcanzar la igualdad real.
Seguir trabajando
“Por ello, es necesario seguir impulsando acciones para que todas las mujeres puedan disfrutar plenamente de sus derechos y eliminar todas las barreras que aún persisten para alcanzar las metas tanto en su vida personal como profesional”.
Además, la mujer con discapacidad es un segmento de la población heterogéneo, con alto índice de discriminación (más que el de los hombres con discapacidad) que se traduce en mayor analfabetismo, menor actividad laboral, puestos de trabajo aislados, autoestima baja, dependencia económica, menor desarrollo personal y social, desconocimiento de la sexualidad y una baja autovaloración de la imagen corporal, entre otros aspectos.
Sólo un 3,64 por ciento de las mujeres con discapacidad superan sus estudios, lo que constituye una cifra muy baja. La tasa de paro de las mujeres con discapacidad es del 20 por ciento, mientras que el de las mujeres sin discapacidad es del 16 por ciento.
“Conocemos por que lo vivimos día a día en Afede a través de nuestras usuarias la realidad de la doble discriminación que padecen por razón de género y discapacidad, aunque atendiendo a la realidad ni tan siquiera podríamos decir que la discriminación es de género pues el concepto de discapacidad eclipsa todo rasgo de humanidad en ellas”.
También observan la tendencia que existe tanto social como familiar a no atribuirles ningún rol ni siquiera los más tradicionales para la mujer, no se las ve como madre, no se les reconoce su sexualidad, “ello no eximen de que sean víctimas de abusos sexuales”.
Tampoco se les permite llevar una vida independiente, tener pareja, casarse, formar una familia, etc… pues se las considera débiles y necesitadas de cuidados. Algunas permanecen en sus hogares como cuidadoras de su padre, madre o hermano. “Observándose la hipocresía social y el doble ocultamiento aunque desde el manifiesto de las mujeres con discapacidad de Europa adoptado el 22 de febrero de 1977 ya hay grupos activos de mujeres con discapacidad que reivindican sus derechos, produciéndose a partir de entonces una difusión donde la mujer con discapacidad es considerada mujer con derecho a la integración igualitaria”.
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