Toda esta falta de comunicación eficaz le lleva a carecer de empatía. Es reacio a reconocer o identificarse con los sentimientos y necesidades de los demás, aunque frecuentemente les envidia o cree que los demás le envidian. Suele tener un comportamiento arrogante. Los sujetos narcisistas poseen una autoestima muy vulnerable, siendo muy sensibles y susceptibles ante la crítica. Suelen fallar en sus relaciones sociales como consecuencia de su actitud. Además, son incapaces de arriesgar nada, para evitar la posible frustración.
Este trastorno empieza al principio de la edad adulta y son varones entre el 50% y el 70% de las personas diagnosticadas. Por otra parte, hemos de tener en cuenta que los síntomas narcisistas son especialmente frecuentes en la adolescencia, lo cual no quiere decir que necesariamente el sujeto vaya a presentar en el futuro este trastorno. También hay que advertir que, a veces, encontramos personas diferentes que no son prepotentes, ni necesitan de la aprobación de los demás. Tienen facultades especiales que destacan y que, quizá por la natural evolución de la especie y de la mejora en sanidad y alimentación, cada vez son más frecuentes.
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