El joven Zarzuela dice haberse volcado de lleno en este espectáculo producido por Cajasol que lleva ensayándose desde julio. “Dicen que la inspiración le coje a uno trabajando, pero qué difícil es que tenga que ser en verano, cuando incluso te imaginas a San José en bermudas”, dijo entre risas el cantaor, que ha querido incorporar elementos nuevos, innovar en este “flashback” a las Navidades de los años de la posguerra, “sigue siendo la misma reunión de amigos, con los villancicos de siempre, pero aportando siempre que puedo algo de mi cosecha”. Aquellos años de gloria se adentra al corazón de estas convocatorias, en el barrio San Miguel, donde se ahogaban las penas al son del Marinerito Ramiré, Tin Tin Catalina y muchos más que quedan en la memoria. El teatro Villamarta invita al público a echar una mirada atrás, nostálgica, pero alegre y risueña, donde no faltaba la pobreza, la indignación, la ganancia de los de siempre y los corazones dañados. Situaciones difíciles de olvidar.
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