Uno de cada cinco nuevos casos de silicosis procede ya del sector del mármol y la fabricación de aglomerados de sílice, que suman 44 casos de los 234 nuevos diagnósticos registrados en 2021, de acuerdo con los últimos datos del Instituto Nacional de Silicosis (INS).
"Se mantiene la situación en la fabricación de aglomerados de sílice, con 12 nuevos casos, un alto número teniendo en cuenta el total de trabajadores", recoge el informe, que también destaca el nuevo repunte en las marmolerías, con 32 nuevos diagnósticos, lo que eleva al 19 % el peso de estas actividades sobre el total de casos frente al 5 % de hace una década.
Ambos trabajos han estado en el foco esta semana tras la sentencia que condena al presidente del grupo Cosentino, Francisco Martínez Cosentino, a seis meses de prisión por delitos de lesiones graves en casos de afectados por silicosis por no advertir con claridad del peligro para la salud que podía suponer la manipulación de sus encimeras de cocina.
El informe del INS también recoge que los afectados por esta grave enfermedad pulmonar en estos sectores son los más jóvenes -48,2 años de edad de media en los aglomerados de sílice- y los que han estado menos tiempo expuestos al riesgo para enfermar -13,8 años de media- el más corto de todos los sectores estudiados.
Las cifras de afectados en estos sectores no han parado de crecer en la última década, en 2008 el INS identificó un caso; en 2011 ya eran 14, y en 2019, 19; y muchos de los diagnósticos pueden quedar fuera, advierten los expertos.
Así, una enfermedad asociada históricamente a la minería "estalla" rápidamente en esta actividad donde hace estragos con menos tiempo de exposición sin las medidas y equipos de prevención necesarios, como ocurrió en la manipulación de los materiales de Cosentino.
"Llevamos muchos años denunciando esta situación", apunta a Efe el secretario confederal de CCOO de Salud Laboral y Sostenibilidad Medioambiental, Mariano Sanz, que critica con dureza la actuación de la empresa.
"Eran conscientes y lo ocultaron", añade Sanz, que cree que la sentencia señala "graves errores" del sistema empezando por la irresponsabilidad del empresario, la falta de una señal de alarma desde el ámbito sanitario con tantos casos en unas zonas muy concretas de Andalucía -donde Cosentino tiene su sede central- pasando por la necesidad de una labor inspectora más fuerte.
Desde el Ministerio de Trabajo recuerdan que hay campañas específicas desde 2010 para las empresas dedicadas al diseño y corte de estos compactos con sílice cristalina y que, aunque no se pueden detallar las sanciones impuestas, "sí se puede confirmar que se han llevado a cabo actuaciones en la empresa por diferentes razones, entre ellas también en materia de seguridad y salud en el trabajo".
UN ANTES Y UN DESPÚES JUDICIAL
"Esta sentencia puede marcar un antes y después, ya que una negligencia grave con perjuicio para los trabajadores alcanza responsabilidades penales", explica a EFE el doctor en Derecho y director del Máster Oficial en Abogacía y Práctica Jurídica de la Universidad Internacional de Valencia, Rafael Pardo Gabaldón.
"Se basa en que se actuó con opacidad, sin informar de los riesgos para los trabajadores, sin adoptar medidas preventivas sabiendo que se necesitaban (...) hubo un reconocimiento de hecho", añade Pardo Gabaldón.
"La sentencia deja un sabor agridulce, es la primera vez que se va a ir a la cárcel por incumplir la obligación de proteger a los trabajadores y estamos satisfechos por eso", explica la secretaria de Salud Laboral y Medio Ambiente de UGT FICA, Pilar Ituero, que incide en la dificultad de "compensar" por una enfermedad tan grave.
"No se puede consentir que los trabajadores pierdan su vida y no pasa nada (...) que las empresas vean que un incumplimiento tiene consecuencias penales", añade Ituero.
En la misma línea, valora a EFE el fallo el presidente de la Asociación de Perjudicados por la Silicosis de Andalucía, Francisco Torrico, que cree que "sienta un precedente" y abre una nueva vía para cientos de afectados.
MÁS PREVENCIÓN Y LABOR DE LA INSPECCIÓN
Todas las fuentes consultadas coinciden además en la necesidad de mejorar la prevención de riesgos laborales en España.
"Se necesita pensar que no todo vale en el trabajo, que la salud no tiene precio y que no todo a golpe de talonario se puede resolver", argumenta Ituero, que reclama más formación y más campañas de sensibilización.
Pardo Galbán también apunta a la necesidad de contar con más mecanismos de control y reforzar la Inspección con más recursos.
"La prevención de riesgos se ha externalizado en muchas empresas y eso ha empeorado su calidad", recuerda Sanz, que incide en que la solución pasa por una buena identificación y prevención de los riesgos a los que se enfrentan los trabajadores.
"Nunca se advirtió de la peligrosidad de manejar ese material", lamenta Torrico, que critica que el presidente de Cosentino no haya tenido la dignidad de dirigirse a la asociación para pedir perdón a los afectados.
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