El alto porcentaje de partículas de sílice cristalina libre que libera el Silestone al ser manipulado convierte a estas superficies en un material "mucho más peligroso para la salud de los operarios" que otras rocas naturales como el granito o el mármol, según la sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo que condenó al presidente del Grupo Cosentino.
El fallo, fruto de una conformidad alcanzada el lunes de la semana pasada, impone al responsable de la multinacional con sede en Cantoria (Almería) seis meses y tres días de cárcel por cinco delitos de lesiones graves, una rebaja notable respecto a los dos años y nueve meses de prisión que solicitaba inicialmente el Ministerio Público.
En su caso, la reducción de penas fue posible gracias a que la Fiscalía aplicó la atenuante muy cualificada de reparación del daño, al hacer frente en solitario al pago de indemnizaciones por 1,1 millones de euros a los cinco trabajadores de la empresa viguesa Granitel afectados por silicosis.
Por su parte, el gerente de Granitel aceptó un año y tres meses de cárcel por los mismos delitos, así como por un delito contra los derechos de los trabajadores, al no adoptar medidas de control pese a conocer la composición de las planchas de Silestone que le suministraba el Grupo Cosentino.
La sentencia resalta que dicha empresa gallega se dedicaba “fundamentalmente a la manipulación, mecanizado, preparación e instalación de encimeras de granito, mármol, y principalmente de aglomerados de cuarzo, suponiendo el trabajo sobre ésta última materia prima más del 90 % del realizado”.
La marca más utilizada en Granitel era el Silestone, un material formado por varias sustancias entre las que se encuentra “principalmente el cuarzo, pero también otras como la sílice de molienda, el cristal reciclado, la sílice blanca y amarilla, el feldespato, la cristobalita, la resina, colorantes fluidificantes y pigmentos”.
El fallo resalta que el contenido de sílice de estos aglomerados de cuarzo es aproximadamente de un 95 %, por lo que la “manipulación, corte y pulido de dicha sustancia”, provoca un polvo con un “elevadísimo porcentaje de sílice libre cristalina”.
Incide en que estas partículas llegan a los alveolos pulmonares, y producen la conocida como “fracción respirable de polvo de sílice libre cristalina”, que se acumula y con su inhalación prolongada en el tiempo, deriva en “la enfermedad conocida como silicosis, que es un tipo de “neumoconiosis” caracterizada por producir una fibrosis pulmonar difusa “irreversiblemente progresiva, que tiene la consideración de enfermedad profesional”.
Incide el fallo en que otros materiales como el granito tienen un porcentaje medio de sílice del 20 %, mientras que en el mármol no suele superar el 3 %, todo ello frente al 95 % del Silestone. “Siendo directamente proporcional al porcentaje de sílice que contiene cada material el porcentaje de partículas de sílice cristalina libre que libera al aire su manipulación, mecanizado, pulido o corte”.
Algo que “hace mucho más peligroso para la salud de los operarios que lo trabajan el Silestone que otras rocas naturales, como el granito o el mármol, ya que la cantidad de partículas de polvo de sílice libre cristalina que libera su manipulación es mayor que la que liberan el granito o el mármol, lo que incrementa el riesgo de inhalarlas y de que lleguen a los alveolos”.
Precisa que ello hace que deban ampliarse y “extremarse” las medidas de precaución y apostilla que los cinco trabajadores desarrollaron silicosis por el “polvo de sílice que inhalaron durante años”.
Ya en 1999 la mutua de Granitel realizó unas mediciones y concluyó en su informe “la existencia de riesgo higiénico para la salud de los trabajadores por presencia de sílice libre y polvo respirable en el ambiente”, por lo que recomendó al negocio aplicar medidas correctoras.
Pese a ello, el gerente de Granitel “no adoptó tales medidas” hasta que en 2009 se diagnosticó silicosis a uno de los trabajadores, aunque continuó sin realizar las mediciones consecutivas recomendadas hasta que fue obligado por la Inspección de Trabajo.
Sobre el presidente de Cosentino, el fallo precisa que era conocedor al menos desde el año 2000 de los riesgos y “peligrosidad” de la manipulación del Silestone, ya que varios de sus empleados la habían contraído.
“Actuando de forma gravemente negligente, no facilitó información alguna al respecto a aquellos clientes como Granitel que trabajaban, cortando y puliendo los tableros de Silestone que les suministraba (…) No facilitando a Granitel hasta el año 2009, una vez detectada la silicosis al trabajador de ésta empresa, y a solicitud de Granitel, la ficha de seguridad del Silestone”, abunda.
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