El Valencia se mostró como un equipo con más ideas que su rival y trató mejor el balón ante un equipo con pocos recursos y que no hizo lo suficiente para inquietar al conjunto valenciano.
Al principio hubo un cierto equilibrio entre ambas dinámicas, pero poco a poco el Valencia impuso la suya con aproximaciones cada vez más frecuentes a la meta rival, penetraciones de Joaquín y Vicente por ambas bandas y muchos córners a favor.
En una de las numerosas aproximaciones del Valencia a la meta de Iraizoz llegó el 1-0, logrado desde muy cerca por Silva al aprovechar un rechace casi en la línea de meta.
Tras el gol, en los diez minutos finales del primer periodo, el Valencia luchó por ampliar el marcador y el Athletic tuvo un par de faltas lejanas. Ni unos ni otros estuvieron acertados.
Poco cambió el partido al inicio del segundo tiempo hasta que el Athletic tuvo su mejor ocasión del partido hasta el momento en un gran cabezazo de Llorente (m.56), que César envió con mucho acierto al córner.
A partir de ese momento, con más alternativas que en la primera mitad tras la entrada de Yeste en el equipo vasco como alternativa para tratar de empatar, el partido fue del Valencia cuando el balón estuvo en el suelo y del Athletic cuando se mantuvo en el aire.
Una de las veces en las que la pelota bajó a tierra, Silva se sacó un gol de la chistera y puso el 2-0 en el marcador en una gran acción.
El gol dio serenidad al Valencia e hizo que el Athletic estuvo tocado durante algunos minutos y cuando empezó a reaccionar el tiempo ya jugaba claramente en su contra, mientras que el equipo local se sentía cómodo: tenía largas posesiones de balón y espacios para salir al contragolpe.
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