En un clima poco menos que desolador para el comercio del casco antiguo de Alcalá la Real, cualquier luz brilla con inusitada intensidad. Así, al menos, se vive la noticia de la apertura de un nuevo establecimiento en El Llanillo, plagado de locales vacíos y persianas cerradas, al igual que ocurre en las calles aledañas. El protagonista de esta iniciativa no es otro que Manolo Rueda, el empresario que en el verano de 2021 ponía en funcionamiento el restaurante Jardines de Colón, y en 2022 ampliaba con la apertura de la hospedería, en una rehabilitada casona histórica de la parte alta de la calle Miguel de Cervantes. En los últimos años, Rueda vivía a caballo entre Alcalá y Barcelona, en donde mantenía las oficinas de su empresa Adamantium. Ahora, sin embargo, da un paso más y traslada su empresa a la localidad de la cual es originario.
“El local tiene un atractivo impresionante, con sus sillares macizos, columnas de hierro fundido y techos altos. Hemos hecho pocos cambios, manteniendo la piedra original, ya que el local perteneció al convento de la Encarnación, antes de que fuera adquirido para ser destinado a su posterior uso comercial, abriendo la famosa tienda Capri. Ahora pasará a tener una nueva vida. De momento he trasladado mi show room y despacho, ya que vivir en Alcalá y trabajar en Barcelona era inviable. Puede que en unos meses cambie el concepto del local, ya iremos viendo”, asegura el empresario.
Rueda, en cualquier caso, muestra su decisión de contribuir para que el centro de Alcalá la Real no continúe su declive. “Me niego a que El Llanillo se apague, es la avenida más auténtica, con más solera, con los edificios más bonitos y mejor ubicada de Alcalá y por mucho que la gente prefiera bajarse para abajo, yo me quedo con lo de siempre, en el casco antiguo”.
Las nuevas instalaciones de Adamantium, que se sitúan en el número 31 de la Carrera de las Mercedes, podrían abrir la próxima semana. La empresa lleva dedicándose al interiorismo y el diseño de espacios de lujo desde hace unos 25 años. Sus clientes son de ámbito internacional. “Muchos de ellos, de hecho, son ciudadanos extranjeros residentes en el sur de España, por lo que instalarme en Alcalá la Real tiene mucho sentido”, reconoce Manolo Rueda, quien completa así su viaje de regreso a los orígenes, un viaje en sentido inverso a la mayoría, y por ello, plenamente cargado de valor simbólico y de valentía.
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