Fue entonces cuando vio a un hombre saliendo de unos setos y que, en cuestión de segundos, cuando intentó acelerar, “se me echó encima y con el brazo derecho me rodeó el cuerpo y con el izquierdo comenzó a tocarme y me metió la cabeza en la parte de las costillas”, relató angustiada.
Muy asustada, gritó en todo momento pidiendo ayuda y agarrándose a la moto, de hecho presenta arañazos en un pie porque perdió un zapato intentando zafarse de este individuo.
Afortunadamente, la llegada de un coche evitó que la cosa pasara a mayores e hizo que el presunto agresor saliera corriendo, al tiempo que sus ocupantes se bajaron para asistir a la chica, que sufría una crisis de ansiedad y la acompañaron a avisar a su pareja.
Sin embargo, el susto no acabó ahí, ya que cuando le comentó lo ocurrido a una amiga que trabaja en un bar de copas de la avenida para alertarla de que tuviera cuidado, ésta le dijo que le habían llegado comentarios de que había un hombre, que encajaba con su descripción, que ya había protagonizado un incidente similar.
Muy asustada
Por ello, nada más poner la denuncia en Comisaría, decidió volver a pasar por la zona para tratar de pillarlo in fraganti, lo cual consiguió, identificándolo en el mismo seto del que salió.
Sin embargo, su sorpresa llegó, siempre según su testimonio, cuando los agentes acudieron al lugar, hablaron con él y le dijeron que no se lo podían llevar detenido porque se trataba de una “falta de agresión” y no de un delito, lo cual ha indignado a la joven, que tiene claro que lo que vivió le puede pasar a cualquier chica que pase por allí y “acabar mucho peor”, manifestó, tras confesar haber pasado una de las peores noches de su vida.
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