Luis Osuna es, además del director, un defensor a ultranza de la filosofía de vida que se extrae de la economía social, la misma de unió en los 60 a unos quince de comerciantes que ni podían competir con las grandes superficies ni podían prestar más atención que la básica a la gestión, pero que llevaban tiempo buscando fórmulas para organizarse, primero para comprar artículos, luego su venta y después elaborar productos para los socios. Sufrieron como todos el individualismo y la crisis del cooperativismo, cuando la rentabilidad ganaba peso frente a la responsabilidad social, pero sobrevivieron y de hecho consideran su hito más importante cuando se escindieron de Unicosa, la sociedad anónima que habían creado, para seguir siendo cooperativas. Un socio, un voto, trabajo por y para los socios.
Para el director de Covirán, el cooperativismo es una filosofía de vida. El papel de los grupos cooperativos tanto en alimentación como en otros sectores “se fundamenta en valores universales de cooperación y responsabilidad, sobresaliendo su carácter democrático en la toma de decisiones colectivas por los socios, igualdad de todos los asociados en derechos y deberes, número ilimitado de socios, ayuda mutua para la solución de problemas comunes, solidaridad con la comunidad a la que se pertenece. Los objetivos son dependientes de las necesidades de los socios”.
Covirán está encuadrada en la fórmula de la economía social y al ser una cooperativa de servicio, ofrece a sus socios -a los que dicen deberle todo lo que es hoy la cooperativa- un servicio integral para dar respuesta a todas las necesidades que tiene un supermercado de cercanía. Esa filosofía no ha cambiado nunca, aunque hayan crecido en volumen. Desde su nacimiento, se ha convertido en el paraguas de más de 2.106 familias que no se han visto obligadas a colgar el cartel de 'Se vende' y que han logrado ganarse la vida con sus pequeños negocios.
¿Y sirve el modelo cooperativista en una economía globalizada? Osuna es tajante: “Andalucía contribuyó en el año 2009 con el 50 por ciento de empleos que aportó la economía social en el conjunto de España. Hay que sentirse orgullosos de contribuir de forma sostenible al desarrollo económico. Hemos crecido a pesar de la crisis y suponemos la mejor contribución que se puede hacer ante la actual coyuntura”.
Resistiendo ante la crisis
Las empresas de la economía social han resistido mejor la crisis gracias a las características de sus modelos empresariales, pues el 80% de los contratos del sector son indefinidos y además sus miembros son trabajadores socios. Estas empresas son un modelo que demuestra que la racionalidad económica y el progreso social son criterios compatibles, afirma, para mostrar su esperanza tanto por la regulación de las entidades del tercer sector que incluye la Ley de Economía Sostenible como la futura reforma de la Ley andaluza de Sociedades Cooperativas.
Otro aspecto es el territorio. La sede de Covirán está en Granada “y nos sentimos muy orgullosos de nuestro origen, pero nuestro destino es el detallista independiente y somos lo que cada uno de nuestros socios es: extremeños, gallegos, zamoranos… Una de las grandes fortalezas de Covirán es su adaptación a cada socio, ya sea en zonas urbanas o rurales, en España como en Portugal. Estamos ahí en cada barrio y en cada población porque damos respuesta a cada uno de ellos”, relata.
Lo cierto es que la expansión de Covirán, casi 50 años después de su nacimiento, es más que destacable. Forman parte de la cooperativa 2.106 socios, cuentan con 2.553 establecimientos repartidos por toda España -excepto Cataluña y Baleares, donde quieren implantarse aunque ya trabajan con detallistas de la zona- y 24 plataformas de distribución para sus socios. Su plantilla cuenta con 901 empleados directos y 12.655 indirectos, facturaron 471 millones de euros en 2009 y han registrado un crecimiento acumulado desde 2003 del 53,4%.
Van más allá de España porque Portugal, donde ya cuentan con algún socio en el Algarve, es su próximo objetivo para ampliar su sistema cooperativo, pero también han puesto la vista en el exterior, en Marruecos, donde entrarán a formar parte del proyecto de un parque comercial y empresarial en Casablanca.
Pero la historia de Covirán también es la historia de cómo adaptarse a las necesidades de los socios y también de los clientes. Si a los socios ya se les presta un servicio integral -desde asesoramiento económico y financiero hasta agencia de viajes- también se busca hacerlo a los clientes. Es el Nuevo Concepto Covirán, una experiencia piloto puesta en marcha en septiembre de 2008, adaptado a los tres tipos de establecimientos que poseen -según superficie-, y que está orientado al consumidor: entrega a domicilio; mayor especialización, precio y calidad, y con todas las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. “El precio no es suficiente para asegurarnos la fidelidad del cliente, debe ir acompañado por la cercanía y los servicios”, concluye.
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