Curioso Empedernido

Juegos de papeles

Nuestro paso por este gran teatro del mundo, siguiendo el auto sacramental de Pedro Calderón de la Barca, es un continuo juego de papeles

Publicado: 17/11/2022 ·
09:51
· Actualizado: 17/11/2022 · 09:51
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  • Juan Antonio Palacios. -
Autor

Juan Antonio Palacios

Juan Antonio Palacios es observador de la conducta humana, analista de la realidad y creador de personajes literarios

Curioso Empedernido

Curioso empedernido. Curioso de las tres pes, por psicología, la política y el periodismo, y alérgico a las fronteras y murallas

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Nuestro paso por este gran teatro del mundo, siguiendo el auto sacramental del dramaturgo español del XVII, Pedro Calderón de la Barca, es un continuo juego de papeles y personajes, y el mundo nos va dando los trajes en cada momento para la representación.

Visto así parecería una actuación de ficción, o una especie de juego dramático, pero es tan real y exigente como la vida misma. De lo que hablamos no es de un cuento, de una historia, de una fábula o de una leyenda sino de hechos que paso a paso y día a día, mes a mes y año a año construyen nuestro relato y nuestra personalidad.

Este cambio permanente sin dejar de ser nosotros mismos nos ayuda a conocernos mejor, a crear lazos de confianza, comprender la transformación que producen procesos que diferentes tiempos, e ir resolviendo los dilemas que el desarrollo argumental nos plantea como personajes, estando preparados para vivir interesantes sorpresas.

Vamos enriqueciendo nuestro propio lenguaje, y sobre todo nos entrenamos permanentemente en la observación, en la atención, en la disponibilidad. También crecemos desde la imaginación y luchamos contra el pesimismo para que toda salga lo mejor posible, entre desafíos, resignaciones y adioses.

En nuestros distintos papeles en el camino de nuestras vidas hemos de poner de relieve nuestras palabras, nuestros gestos, todos los colores que encerramos y nos rodean,, lo que sabemos y lo que queremos aprender, saber crear un clima, la iniciativa para hacer estallar nuestra personalidad.

Con el juego de papeles que en cada momento tenemos que desempeñar, hemos de saber salir de nosotros mismos, no quedarnos encerrados en nuestro círculo y aprender a adquirir nuevas dimensiones, a descubrir de nosotros y de los demás todo lo nuevo que seamos capaces de encontrar.

Podemos pasar a ser del sensato más equilibrado al bufón más excéntrico, del sujeto más sacrificado y leal, al traidor más miserable. Entre la irritación y el desinterés seremos héroes o villanos, victimas o verdugos, mártir o torturador, protegido o protector.

Presumimos del poder que no tenemos y nos lamentamos de aquello que hemos alcanzado, y en ese torbellino de contradicciones, somos incapaces de salir de nuestros embrollos y liberarnos de nuestras quejas inútiles. Es muy importante saber mantener el sentido del humor y denunciar todo aquello que alimenta la injusticia.

No podemos pretender que los problemas que creamos sean los remedios que necesitamos, ni que aunque se esté hundiendo el mundo actuemos como si no ocurriera nada. Una de los peores males es la soberbia, y creemos los reyes del mambo como consecuencia de nuestra desinformación.

Nada es estático en nuestras interpretaciones, todo es dinámico hasta la muerte, ya que a partir de ella nuestra materia continua transformándose. No debemos incurrir en la trampa de que nos dividan y jueguen con nosotros, como si fuéramos títeres que no estamos preparados para ningún cambio ni para nada nuevo.

Soñamos con quienes nos gustaría ser y conectamos con el niño y el adolescente que fuimos, y en este juego de papeles improvisamos y manifestamos libremente nuestras emociones y sentimientos, y es posible que algún día encontremos lo que buscábamos.

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