El escrito de acusación del fiscal, al que ha tenido acceso Efe, dice que los hechos sucedieron el 9 de julio de 2006 en la cárcel Sevilla-1, donde el acusado E. G. V, auxiliar del cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias, propinó una "fuerte bofetada" al interno R. P. A.
Como consecuencia, el preso sufrió una perforación del tímpano izquierdo, de la que tardó en sanar 12 días y que le dejó como secuela una pérdida de audición.
Por ello, el fiscal califica los hechos como un delito de lesiones causante de deformidad o pérdida de un órgano o sentido principal, por lo que junto a la pena de cárcel pide que el lesionado sea indemnizado en 31.000 euros.
Por su parte, la acusación particular que ejerce el abogado Eduardo Millán solicita la misma pena de cárcel pero eleva la indemnización a 101.000 euros y amplía la responsabilidad de su pago a la dirección general de Instituciones Penitenciarias.
Explica que dicha responsabilidad subsidiaria se deriva de "haberse cometido los hechos delictivos en el interior de un establecimiento penitenciario de su titularidad y por funcionario de prisiones en el ejercicio de sus funciones habituales".
Tanto el fiscal como la acusación particular aplica a E. G. V. la agravante de haberse prevalido de su condición de funcionario de Instituciones Penitenciarias.
El interno lesionado es un policía local de Marbella que cumplía prisión preventiva por un presunto caso de tráfico de drogas, han explicado a Efe fuentes del caso.
El acusado, en sus declaraciones en fase de instrucción, no negó el incidente pero lo atribuyó a un forcejeo porque el preso ofreció resistencia al meterlo en la celda y se golpeó con la puerta en la cabeza y en la mano.
En su versión mantenida hasta ahora, el imputado sostiene que el Módulo 10 de la prisión sevillana, destinado a miembros de las fuerzas de seguridad, tiene un nivel de conflictividad alto, con frecuente animadversión hacia los funcionarios del establecimiento.
El interno fue tratado por el médico de la prisión y luego en el hospital Virgen del Rocío, que certificó una perforación del tímpano con hematoma tras traumatismo auricular.
En su denuncia, el policía aseguró que cuando pidió al funcionario una instancia para presentar una queja al juez de Vigilancia Penitenciaria, el imputado le respondió que "era una mierda, que le quedaba mucha cárcel y mucho que aprender, y que en la cárcel ocurren muchos accidentes".
Unos minutos después, cuando el preso era trasladado al módulo de aislamiento, el funcionario presuntamente "le dio un fuerte golpe con la mano abierta en la cara y oído izquierdo, y al girarse le dio un puñetazo en la frente", según la denuncia.
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