El espectáculo podrá verse hoy 28 de febrero, Día de Andalucía, en el principal escenario del Festival de Jerez, el Teatro Villamarta.
Con música de Enrique Morente y coreografías de Javier Latorre, esta revisión del mito de Fedra –en versión danza-teatro flamenca– tiene al joven Amador Rojas en el papel de Hipólito, mientras que Teseo es encarnado por Alejandro Granados y Carmelilla Montoya da vida a la ama de Fedra.
Muy rodada desde su estreno nacional el verano pasado en el Festival de Teatro de Mérida, Miguel Narros ha planteado una nueva versión del emblemático montaje que hace ahora veinte años dirigiese con Manuela Vargas en el papel principal. Esencialmente, la modificación más evidente ahora es el contexto en el que se desarrolla la tragedia: el siglo XXI.
De hecho, el aire de contemporaneidad inunda toda la obra, lo que no es óbice para que este clásico universal permanezca intacto. Como asevera Lola Greco, el director “ha conseguido un montaje muy contemporáneo. Con mucha pasión, llena de latidos y un gran ritmo. Es una obra muy cuidada”. Esta Fedra actualizada al presente es, a juicio de su protagonista, “flamenca, escolástica, clásica, contemporánea... todo mezclado, pero en realidad es un mundo flamenco”.
Curiosamente, Greco encarnará dos décadas después el papel que bordó Vargas, su maestra en el Ballet Nacional de España. De ahí que, en cierto modo, emerja el íntimo homenaje que se le rinde a la genial bailaora sevillana casi dos años después de su muerte. “Esta Fedra está hecha en conmemoración suya”, apuntó.
Como ha mantenido en rueda de prensa Greco, “esta versión es distinta a la anterior porque, entre otras cosas, los intérpretes son diferentes”.
En este sentido, señaló que los preparativos antes del estreno se desarrollaron de una forma muy rápida –22 días–. A ello contribuyó que tanto Narros como el coreógrafo Javier Latorre tuvieran las cosas “muy claras”. Así, su papel, el de una mujer enamorada perdidamente de su hijastro, mantiene la esencia de la Fedra de Eurípides o Racine, pero aquí Hipólito no muere por la maldición del padre. Hipólito muere en un accidente de moto.
Esa es una de las sorpresas teatrales que ha incorporado Narros en relación a la anterior versión de la tragedia griega. Pero no son los únicos cambios. Según el coreógrafo Javier Latorre, la banda sonora ha sido revisada. Bulerías, soleá, tangos, tientos y jaleos, entre otros estilos flamencos, se suman a una lista que incluye la petenera. Un palo cargado de superstición y que los artistas suelen abandonar en su repertorio ante el público.
El coreógrafo cordobés se mostró satisfecho con el resultado, puesto que los intérpretes “están elegidos a imagen y semejanza de la obra”.
En cualquier caso, reclamó al público que “huya de comparaciones y trate de disfrutar de una obra con nuevos ingredientes y artistas excepcionales”. “La obra tiene mucha fuerza”, comentó Amador Rojas, uno de los principales bailaores de esta propuesta. Fedra es, en palabras del propio Narros, una “ópera flamenca, con danza, música y teatro”.
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