Las viviendas de estas dos vecinas onubenses están ubicadas en la barriada de Tres Ventanas, y en ese plan está contemplada la reparcelación de sus terrenos, dentro del Proyecto de Reparcelación de la Unidad de Ejecución 30 Virgen de Montemayor. Ellas se enteran de esta decisión un año después.
Empiezan las negociaciones. Primero es el señor Márquez Triguero, propietario de Garaje Santa Inés SL (empresa que se quedó con más del 50% de los terrenos al comprar y derribar dos viviendas de una misma familia), le ofrece 120.000 euros a Manuela, “con la amenaza de que si no se lo vendíamos nos iba a expropiar, y nos íbamos a quedar sin casa, sin dinero y en la calle”. A Eva, Márquez Triguero le ofrece 90.000 euros por su casa. Ninguna de las dos acepta el trato. Después de la visita “amenazante” del constructor, Eva y Manuela acuden a informarse al la gerencia de Urbanismo sobre el destino de sus casas, donde les informan de que “los terrenos, si queremos, son para nosotros, pero nos obligaban a construir un bloque de cuatro pisos”. El 26 de noviembre de 2007, la Junta de Gobierno Local aprueba con un documento, al que ha tenido acceso este periódico, que “el 10% de cesión del Ayuntamiento se distribuye entre todos los propietarios en función de su participación en el ámbito de actuación, mediante su transformación en metálico”, lo cual obligaba a las afectadas a abonar 18.935 euros en quince días para quedarse con los terrenos. No hay trato.
Acuerdo aún por cumplir
Sin ningún ofrecimiento que se acerque a hacer justicia con estas dos vecinas, en junio de 2008 parece que Eva y Manuela comienzan a ver luz al final del túnel con el acuerdo verbal de la compensación económica. Manuela recibirá algo más de 192.000 euros (55.000 de ellos por tirarle la casa en la que vive) por sus 126 metros cuadrados. Por su parte, a Eva le darán 160.000 € por 150 metros cuadrados en los que yace su casa en ruinas después de dos incendios. El acuerdo se rubrica el 6 de mayo de 2009. Pero la luz es, hasta hoy, un espejismo. Francisco Moro, teniente de Alcalde de Urbanismo, se reúne con ellas en septiembre: “Nos promete que nos pagaría antes de terminar octubre”. Promesa incumplida. Segunda promesa. Reunión a finales de noviembre: “Nos prometió que nos pagaría antes de terminar el año, o como mucho a principios de año”. Incumplida. Después, el 26 de enero y el 4 de febrero, sendos plantones de Moro, anulando las citas una hora antes de que se celebraran. Por su parte Urbanismo dice a Viva Huelva de que cobrarán “cuando haya recursos”. Las han vuelto a citar para el 25 de febrero. Un nuevo intento de encontrarse, si no con el dinero que les deben, al menos, con un representante político “que no vuelva a engañarnos”.
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