Las niñas son las principales víctimas de delitos de corrupción de menores -75,7 por ciento de los casos- y de pornografía infantil -60,4 por ciento-, según se recoge en un informe estadístico por el Día Internacional de la Niña conocido este martes por el Consejo de Gobierno.
Los datos recogidos en el documento apuntan de manera general a una mayor vulnerabilidad de las niñas ante las distintas formas de violencia analizadas, concretamente las chicas sufren más agresiones sexuales (85,4 % frente al 14,6 % de los niños), y dentro del ámbito familiar padecen el 59,3 % de los malos tratos.
Asimismo, el análisis destaca que también en las nuevas formas de violencia a través de las TIC y redes sociales las niñas sufren el 63,3 % de los delitos relacionados con la ciberviolencia y cibercriminalidad, frente al 36,7 % de los niños.
El informe realiza un análisis de la situación de la infancia andaluza con perspectiva de género, analizando datos relativos a la vulnerabilidad, educación, hábitos de vida, salud mental o actividad física, y en el mismo se recoge que las niñas son más vulnerables ante la violencia, promocionan en mayor medida que los niños en el ámbito educativo, realizan menos actividades deportivas y son el grupo minoritario en las consultas de salud mental.
En el ámbito educativo, en términos generales hasta Bachillerato, las niñas y adolescentes promocionan en mayor medida que los niños, aproximadamente en diez puntos de diferencia en todos los indicadores recogidos.
Sin embargo, los niños y adolescentes obtienen mayores puntuaciones en los indicadores relacionados con matemáticas y ciencias, mientras que en comprensión lectora las chicas consiguen puntuaciones más altas, con 20 puntos de diferencia.
Con respecto a los hábitos, y concretamente al consumo de tabaco, se observa que es progresivo desde los 11-12 años cuando fuman solo el 0,2 % de las niñas y el 1 % de los niños hasta los 17-18 años cuando ya fuman el 22,7 % de las niñas y el 23,2 % de los niños.
Acerca de la imagen corporal, aproximadamente la mitad de la población infanto-juvenil de Andalucía de entre 11 a 18 años está conforme con su talla, pero la otra mitad que difiera presenta diferentes según el sexo.
De esta forma, las niñas presentan mayores preocupaciones relativas al sobrepeso, mientras que los niños muestran preocupación por la delgadez.
En la esfera de la conducta sexual, ambos sexos reconocen las primeras relaciones sexuales entre los 15 y 16 años, pero más chicos (42,7 %) declaran haber mantenido relaciones sexuales entre los 15-18 años que las chicas (33,7 %).
En cuanto a los métodos anticonceptivos, los jóvenes declaran en mayor medida haber utilizado un preservativo en su última relación, un 79 % frente al 69,3 % de las adolescentes. mientras que un 28,8 % de niños entre 15 y 16 años admite no haber usado preservativo en su última práctica sexual.
En la frecuencia con la que en su tiempo libre realizan actividades físicas, se encuentran diferencias importantes por sexo, ya que entre las niñas, de 11 a 18 años, el 15,4 % declara no tener actividad física nunca, mientras que entre los niños es el 5,6 % quienes nunca la tienen.
Respecto a la salud mental infanto-juvenil se encuentran diferencias significativas en las atenciones de las unidades especializadas donde un 68,2 % de los pacientes atendidos eran niños, frente a un 31,7% que eran niñas (15.430 frente a 7.171 niñas atendidas).
Con respecto al número de muertes por suicidios, en 2020 se contabilizaron 12, siendo siete niños y cinco niñas y desde 2012, la tendencia es la misma, habiendo un mayor número de defunciones entre los chicos.
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