Después de un mes de enero en el que la lluvia no ha dado una tregua, dando lugar a la aparición de las primeras filtraciones, las lluvias de la semana pasada han originado nuevos daños en el Camarín.
“Estábamos tranquilos porque desde la empresa responsable nos aseguraron que los daños habían sido arreglados y con las nuevas lluvias y las previsiones climatológicas para los próximos días, estamos disgustados porque no entendemos cómo ha podido ocurrir”, aseguraba el hermano mayor, Prudencio Villar.
En esta línea y ante la intensidad de las nuevas filtraciones, sobre todo en el presbiterio, la preocupación aumenta porque los técnicos no pueden subir a los tejados.
Estas circunstancias, asegura Villar, no han influido en la asistencia de fieles.
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