Andalucía se enfrenta a su “segunda peor cosecha” de la aceituna de su historia. La producción de aceite de oliva para la campaña 2022-23 será de 587.000 toneladas, según las previsiones de la Junta anunciadas por la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, que suponen un descenso del 49% respecto al año pasado y del 47,5% que la media de las últimas cinco campañas. La peor campaña de la historia fue la de 2012-2013, cuando también se registró una drástica reducción en la producción de aceite de oliva.
Esto significa que se confirman los peores augurios del sector, que ya advirtió semanas atrás del importante impacto económico que iba a sufrir este año.
Los motivos de esta caída se deben a la sequía extrema que padece el campo y a la espiral de precios alcistas en la producción agraria, con especial incidencia de la energía, que ha subido un 443% en los dos últimos años. De las 587.000 toneladas de aceite que se esperan en Andalucía, 200.000 corresponden a la producción de la provincia de Jaén, un 60% inferior a la anterior.
“Estamos ante una cosecha más corta de lo normal, con lo que el empleo se verá seriamente perjudicado. Menor número de jornales, menos ingresos para los trabajadores del campo que dejarán de percibir unos cien millones de euros sólo en la provincia de Jaén”, ha señalado Crespo.
En el resto de las provincias las perspectivas tampoco son buenas: Córdoba con 158.000; Sevilla con 90.000; Granada con 70.000; Almería, 10.000; Huelva, 10.000, y Cádiz con 9.000.
Consecuencias
A la campaña del aceite de oliva hay que sumar la caída de la campaña de la aceituna de mesa, que será de 366.448 toneladas, un 32,8% menos. Todo ello provocará menos empleos y menos exportaciones. La consejera Carmen Crespo ha comentado que se prevén 13,8 millones de jornales en Andalucía para la actividad ligada al olivar de almazara y de 2,2 millones de jornales en labores del campo, incluida la recogida, para la aceituna de mesa. Esto supone un 20% menos de empleos en la comunidad.
Y no queda aquí. Andalucía es una potencia exportadora de aceituna de mesa y de aceite de oliva. Al haber menor producción, habrá menos exportación. Además, tampoco ayudan los aranceles impuestos por EEUU a la aceituna de mesa, algo por lo que “se lucha” para ponerle fin desde la Junta.