¿Alguna vez se ha negado a participar en un proyecto, aunque no fuera solidario?
–Por supuesto, siempre que no he podido compaginar mi trabajo con el acto en sí. Por encima de todo estoy volcado con la Asociación de Síndrome de Down de Jaén, que realiza una labor importantísima en una sociedad que aún tiene demasiados tabúes. Por ellos soy capaz de ajustar mi trabajo a su agenda.
Es frecuente verle en actos benéficos en Jaén o colaborando con proyectos de jóvenes jienenses, ¿por qué lo hace?
–¿Por qué no iba a hacerlo? Soy una persona conocida, que sale en la tele... Si eso puede servir para que una causa salga adelante en mi ciudad, aquí estoy yo. Además hay mucho talento en Jaén, mucha gente joven que está volviendo a su tierra a hacer cosas interesantes y si yo puedo echarles un cable lo voy a hacer, que los comienzos son realmente duros, sobre todo si estás solo. Lo que realmente me molesta es que haya gente por ahí diciendo que yo hago esto o aquello por dinero, que haya gente que siga diciendo que cobré por hacer la campaña de la Catedral de Jaén... Estar siempre diciendo que en Jaén no se hacen cosas y no hacerlas es un acto de hipocresía y yo no lo soy.
¿Podremos ver su nuevo espectáculo “A mí que me registren” en Jaén?
–No lo sé, sinceramente. Mi intención era empezar la gira en Jaén, pero después de habérselo ofrecido a la Concejalía de Cultura, no ha habido más respuesta. Ya hemos visitado más de 60 ciudades y lo han visto más de 100.000 personas. Realmente no sé si existe algún problema....
¿No tiene buena relación con el Ayuntamiento de Jaén?
–Tengo una excelente relación con el Ayuntamiento y con su alcaldesa, Carmen Peñalver. Sin embargo la Concejalía de Cultura no se portó bien con la Asociación Síndrome de Down en la última gala y a mí, todavía no me han contestado sobre mi espectáculo.
¿Cree que Jaén tiene suficiente oferta cultural?
–Aquí estamos despertando, pero es innegable que hay mucho más de lo que había antes. Jaén me recuerda ahora un poco a aquella Granada donde yo comencé a hacer mis monólogos.
¿Existe una fuga de artistas?
–Hay de todo. Lo que está claro es que ahora hay gente con mucho talento que está apostando por esta ciudad, que se quedan aquí o que regresan con iniciativas como “Enseriados”, o una productora que está realizando un cortometraje sobre el Lagarto en el que voy a colaborar, o Teatro Xtremo. Más que fuga creo que hay un germen.
¿Se siente más agusto en la televisión o sobre un escenario...?
–Son cosas distintas, la televisión te da popularidad, tranquilidad económica... El escenario es tu oficio. Cuando yo comencé a hacer monólogos no había nadie. Gila estaba prácticamente retirado. El mejor monologista que ha habido en este país ha sido Pepe Rubianes, pero nunca se aceptaron sus incorrecciones. Todavía existen muchos tabúes en el humor y de vez en cuando es bueno dar un zapatazo.
¿Cree que el tranvía cambiará la ciudad realmente?
–Bueno, se trata de una nueva infraestructura que sin duda cambiará la ciudad y su movilidad. Lo que no sé es si los jienenses seremos capaces de dejar el coche y comenzar a utilizar el transporte público, sobre todo cuando existen pocas alternativas de enlazar con él desde la periferia. Pero lo que es fundamental por encima de todo es que Jaén esté conectado de una vez por todas a través del tren con el resto de España. Somos una isla incomunicada a la que sólo se puede llegar con el coche. Jaén debe tener AVE y todos deberíamos luchar por ello, sobre todo los políticos.
Usted participó en la primera campaña de promoción que se realizó de la Catedral de Jaén para que fuera declarada Patrimonio de la Humanidad, ¿cree que se podrá alcanzar finalmente?
–Creo que va a costar trabajo, pero finalmente será algo que caiga por su propio peso, sobre todo si la vía es la de ampliar la declaración de Úbeda y Baeza. Lo que sí está claro es que tenemos uno de los templos más bellos de todo el país, que sorprende a cuantos visitan la ciudad y del que tenemos que estar orgullosos.
¿Apuesta por la peatonalización?
–Apuesto por todo lo que sea resaltar la Catedral y embellecer la ciudad, pero ahí todos tenemos que poner nuestro grano de arena, los vecinos también tienen que aportar.
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