El proyecto prevé desembolsos públicos por valor de 3,8 billones de dólares en el año fiscal 2011, que comenzará en octubre.
Con ello el déficit caerá, según sus cálculos, a casi 1,3 billones de dólares en ese ejercicio, frente a la cantidad récord de 1,6 billones previstos para este año fiscal.
“Es hora de ahorrar lo que podamos, gastar cuando debamos y vivir de acuerdo con nuestras posibilidades”, afirmó el presidente estadounidense. El plan presupuestario marca un cambio de tono de la Casa Blanca, que hasta ahora había destacado la necesidad de superar la crisis con medidas de estímulo económico y dejar los déficit como un problema secundario.
La propuesta, que debe ser aprobada por el Congreso para entrar en vigor, establece la congelación de aproximadamente el 17% de las partidas públicas. Exentos de los recortes están el gasto en defensa y en los programas de salud públicos para los pobres y los ancianos. El plan incluye, en cambio, una subida de más del 6% en el presupuesto de educación.
“No hay mejor plan contra la pobreza que una educación de calidad internacional”, remarcó ayer Obama. También incluye un proyecto para usar 100.000 millones de dólares para fomentar el empleo con recortes de impuestos a las pequeñas empresas, inversiones en infraestructuras y energías limpias.
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