La dimensión de la tragedia por la muerte del joven Álvaro Soto en la madrugada del sábado, después de otro golpe por el accidente mortal de una joven el día anterior, hacía prever que las aguas no estarían demasiado calmadas en Peal de Becerro tras el homicidio.
El pacífico desarrollo de la manifestación el lunes y la entereza de la madre del fallecido, que pidió expresamente que no se insultara ni amenazara, ni al presunto autor del homicidio, ni a la familia, pronto tornó en altercados y menajes de odio.
Según informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno tras la manifestación "un grupo de unas mil personas" se dirigieron a la calle Andrés Segovia y rompieron el cordón de seguridad de la Guardia Civil. Fue allí donde volcaron tres vehículos. Después, según las mismas fuentes, los grupos se fueron diseminando por distintas zonas de la localidad y uno de ellos se dirigió a la calle del Sol, donde quemaron una vivienda, que según la Subdelegación del Gobierno, no tiene ninguna relación con la familia del presunto autor del homicidio y estaba sin habitar.
La escalada de odio contra vecinos de la etnia gitana, a la que pertenece el presunto homicida, provocó ayer que la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas Fakali denunciara por escrito a la Fiscalía de Jaén los incidentes registrados contra propiedades de familias gitanas, en lo que entienden que podría ser constitutivo de delitos de odio.
A través de un comunicado, Fakali pidió que la Fiscalía inicie las investigaciones pertinentes para dirimir posibles responsabilidades penales que pudieran derivarse del accionar de un grupo minoritario de vecinos que, aprovechando la concentración pacífica convocada en repulsa por la muerte violenta de un joven de 29 años, procedió presuntamente a atacar las propiedades de familias gitanas del pueblo.
Fakali indica que con la reciente modificación del Código Penal, se incluye el concepto de antigitanismo como agravante en la comisión de ilícitos penales (artículo 22)”.
Por otro lado, la Unión del Pueblo Romaní también ha emitido un comunicado en el que condenan la muerte del joven y piden que se haga justicia con la persona o personas que hayan estado implicadas, pero también condenan "las agresiones" sufridas por familias gitanas. “El racismo es la fuente donde se alimenta el odio. Y en Peal de Becerro el odio ciego ha empujado a los violentos a cometer actos delictivos contra los bienes de las personas gitanas inocentes”, explica el comunicado.
Por el momento, según se ha informado desde la Subdelegación del Gobierno en Jaén, no hay personas identificadas ni detenidas por estos incidentes, aunque la Guardia Civil ya ha abierto las correspondientes diligencias.
Prisión
Mientras tanto, el juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Cazorla decretó ayer prisión provisional, comunicada y sin fianza para los dos detenidos, de 18 y 20 años, por la muerte violenta en la madrugada del sábado del joven, de 29 años, cuando trabajaba como vigilante de seguridad en el pub de moda Valhalla de Peal de Becerro.
Según informaron desde el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), a los dos detenidos, que sí prestaron declaración en sede judicial, se les investiga por un delito de homicidio. La agresión con arma blanca, con resultado de una víctima mortal, se produjo en torno a las 3,00 horas de la madrugada del domingo en plena vía pública, en una zona próxima al pub, después de que el joven Álvaro, advirtiera a los presuntos autores de que no podían sacar consumiciones fuera del local La Guardia Civil, apenas cinco horas después, detuvo a cuatro personas por su presunta implicación en los hechos, como presuntas autoras de un delito de homicidio.
Se trataba de tres hermanos de 20, 28 y 30 años, y un primo de ellos, de 18 años. Posteriormente, dejó en libertad con cargos a los dos mayores, a expensas de lo que en su momento determine sobre ellos la autoridad judicial competente.
El Ayuntamiento de Peal de Becerro declaró el domingo tres días de luto oficial “ante los trágicos hechos acaecidos por el asesinato de Álvaro Soto y como testimonio de dolor del pueblo”.
Hasta este martes las banderas en todos los edificios municipales ondearon a media asta, según rezaba la declaración institucional de la Corporación local, en la que también se anunciaba la decisión de suspender todos los actos y actividades municipales.
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