La familia de Marta pide 50 años para Miguel, cinco para su hermano y tres para Samuel y María

Publicado: 27/01/2010
Por los presuntos delitos de asesinato, dos de violación y profanación de cadáveres
El letrado que representa a la familia de Marta del Castillo, la joven desaparecida y presuntamente asesinada la noche del 24 al 25 de enero del pasado año 2009, ha solicitado una pena de 50 años y cinco meses de prisión para el asesino confeso, Miguel Carcaño, por los presuntos delitos de asesinato, dos de violación -autor principal de uno y cooperador necesario del otro- y profanación de cadáveres, así como el pago de una indemnización de 480.000 euros.

Asimismo, y según informó el despacho Montero-Aramburu en un comunicado remitido a Europa Press, la petición para su hermano Francisco Javier Delgado es de cinco años de cárcel por los presuntos delitos de encubrimiento, profanación de cadáveres y amenazas, mientras que para Samuel Benítez y María García solicita tres años por los presuntos delitos de encubrimiento y profanación de cadáveres. Además, pide para cada uno de ellos el pago de una indemnización de 100.000 euros.

De igual modo, la acusación particular advierte de que mantiene la pretensión de acusar al hermano del asesino confeso de otro delito de amenazas, aunque este extremo se encuentra pendiente de un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Sevilla, añadiendo que a las anteriores penas deben añadirse las accesorias de alejamiento y prohibición de comunicación y residencia.

En el escrito de acusación, el letrado de la familia relata que el viernes día 24 de enero de 2009, entre las 20,00 y las 24,00 horas, Miguel Carcaño, junto con el menor conocido como el 'Cuco', cuando se encontraban en un piso situado en la planta baja del número 78 de la calle León XIII y "tras haber tomado alguna bebida alcohólica y haber fumado algún cigarrillo de hachís que les provocaron euforia y cierta desinhibición pero no impedían que tuvieran un pleno control de sus actos, por razones no determinadas comenzaron a agredir con golpes, puñetazos y patadas a quien era su amiga Marta del Castillo, que se encontraba con ellos indefensa y confiada en su previa relación de amistad con ambos".

NAVAJA TIPO MARIPOSA
Al hilo, indica que, "seguidamente y siempre actuando conjuntamente, Carcaño y el menor, ayudándose mutuamente, la condujeron por la fuerza a la cama sita en la habitación de la casa habitualmente utilizada por el acusado, en donde la amordazaron para ahogar sus gritos, persistiendo en sus golpes y procediendo a desnudarla parcialmente y como continuación de la agresión que habían iniciado, con el propósito de obtener satisfacción sexual contra la voluntad de aquella, sujetándola entre ambos y esgrimiendo una navaja tipo mariposa para amedrentarla, la penetraron vaginalmente, primero uno, y luego el otro".

Así, relata que, "inmediatamente después, la tiraron al suelo y con el propósito común de matarla para impedir que pudieran ser descubiertos los hechos que acababan de llevar a cabo, mientras el acusado la sujetaba, el menor le rodeó el cuello con un cable de un alargador, apretando hasta asfixiarla y comprobar ambos que dejaba de moverse y que había perdido la vida", añadiendo que, "después, para cerciorarse de que efectivamente estaba muerta, procedieron a comprobarlo con un tensiómetro que había en el domicilio que le pusieron en uno de sus brazos, confirmando que la habían matado".

"PACTO DE SILENCIO"
De igual modo, señala que, "tras haber matado a Marta", ambos imputados "buscaron ayuda para limpiar los vestigios que pudieran haber quedado en el lugar y para deshacerse del cadáver posteriormente", y "con esa finalidad avisaron a los demás acusados", como son Samuel Benítez, Francisco Javier Delgado y María García, todos los cuales, "tras acudir en ayuda de Carcaño y el menor y conocer lo sucedido, para que no fuera descubierta la brutal agresión física y sexual sufrida por Marta y a sabiendas de que impedirían que su familia recuperara su cuerpo, decidieron hacer desaparecer el cadáver".

Según agrega, los imputados, "a pesar de exhaustivas búsquedas, han conseguido su propósito, sin que se haya podido acreditar por ello el modo en que lo hicieron", aunque apunta que todas las operaciones encaminadas a este propósito "fueron dirigidas por Francisco Javier Delgado, de mucha más edad que los demás, con experiencia en situaciones límite por su condición profesional, e implicado de forma directa y personal, tanto por su relación familiar con Carcaño, como por haber ocurrido los hechos en su domicilio".

"Por ello, además de dirigir a los demás para asegurar un pacto de silencio entre todos ellos, esa misma noche advirtió al menor, al que consideró el eslabón débil, de que si decía algo 'le iba a pasar algo muy grave a su familia', consiguiendo de esa manera que no contara a nadie lo sucedido", según prosigue el abogado en el escrito de acusación, agregando que, "con idéntica finalidad y de forma similar, en los días inmediatamente posteriores, pero esta vez telefónicamente, el hermano de Carcaño advirtió a la menor Rocío Pérez Gómez, novia de Miguel, diciéndole 'si dices algo de lo que sabes a tu madre te rajo de arriba abajo y a ti te pego una paliza', consiguiendo de esa manera que no contara a nadie lo que sabía sobre lo ocurrido".

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