El primer debate a seis que se celebró esta noche en Sevilla escenificó las dificultades que se encontrarán todos los candidatos para conformar un gobierno en el que se encuentren cómodos.
Sólo el actual presidente,
Juanma Moreno (PP), y el vicepresidente,
Juan Marín (Cs), tuvieron palabras amables entre ellos y guiños a futuros acuerdos de gobierno. Aunque Moreno avisó que trabaja para "gobernar en solitario con una mayoría suficiente".
Juan Espadas (PSOE) se centró en atacar la gestión de Moreno y Marín, sobre todo en temas de sanidad pública, y en defender a los anteriores ejecutivos socialistas.
Inmaculada Nieto (Por Andalucía) y
Teresa Rodrígez (Adelante Andalucía) destacaron la alarmante falta de apuesta por el sector público de PP y Cs, que ha dañado a "una mayoría de andaluces" para privilegiar a unos pocos.
Finalmente,
Macarena Olona (Vox) se enfrentó a todos y tuvo duros cruces con todos. Según ella, para aprovechar la oportunidad de que los andaluces le escucharan por primera vez "sin manipulación".
Inmigración y igualdad
Muchos ataques y pocas propuestas. Este sería el resumen del debate. Las políticas de género y la inmigración fueron el detonante de las rifirrafe más duros. Olona dibujó una Andalucía insegura por culpa de la
inmigración ilegal ("con machete en mano") que enervó al resto de candidatos, que se desmarcaron de esta imagen. Rodríguez llegó a llamarla "racista" y Espadas le censuró su "mensaje xenófobo".
Tampoco pasó desapercibida su despreció por las
políticas activas de igualdad y su desprecio por el término de "violencia machista". Acusó al resto de partidos de crear la imagen de "debilidad" en las mujeres y de culpabilizar a todos los hombres.
Además, la candidata de Vox no perdió oportunidad de atacar a Moreno, al que acusó de mantener el "chiringuito montado por los socialistas" y traicionar a los andaluces que habían apostado por un cambio en las anteriores elecciones. Incluso llamó a los funcionarios andaluces “la banda del
wordperfect".
En contraposición, Marín volvió a poner en valor la gestión de un "gobierno de cambio" que ha tenido que enfrentarse a la dura prueba de superar una pandemia.
Espadas, por su parte, hizo un llamamiento a las urnas y que "ningún voto progresista se quede en casa". Nieto pidió no resignarse ante una victoria de la derecha y reclamó a los andaluces que se sumen a un "gobierno de progreso". En una línea similar se manifestó la líder de Adelante Andalucía.
Finalmente, Moreno aseguró que los comicios autonómicos son una elección entre continuar "con el cambio" o frenar un proyecto que quiere la "mejor Andalucía para todos".
Economía y sanidad
La economía protagonizó gran parte del debate. Moreno y Marín ensalzaron los buenos datos de Andalucía en exportaciones y crecimiento por encima de la media de España los últimos tres años. Ambos achacaron estos datos a la bajada de impuestos y la simplificación de trámites administrativos.
Una lectura a la que se opusieron los candidatos de la oposición. Espadas, Nieto y Rodríguez coincidieron en acusar al actual gobierno de sólo bajar los impuestos a los más ricos a costa de perder servicios públicos.
Precisamente, la sanidad fue el principal arma de ataque de los partidos de la izquierda contra el actual ejecutivo andaluz.