“Evitar la confusión y la penalización de los aceites de oliva como ocurre con el actual sistema de etiquetado nutricional Nutri-Score”. Este es el pedido que ha realizado el Consejero de Salud y Familias de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, al ministro de Consumo, Alberto Garzón. A través de una carta remitida al titular de Consumo, Aguirre exige “que se reconozcan en los alimentos las propiedades saludables de los aceites de oliva en el futuro etiquetado nutricional frontal de la Unión Europea”. Como bien lo recuerda Aguirre, el etiquetado frontal de alimentos será obligatorio e igual para todos los Estados miembros. Es por ello que exige al Gobierno que traslade la preocupación con respecto a la calificación de los aceites de oliva, a fin de “transmitir al consumidor toda la información con la mayor claridad y solvencia posibles”.
La disputa en torno al semáforo nutricional desarrollado en Francia, el NutriScore y la penalización de ciertos productos típicos españoles y estrella de la dieta mediterránea, no es reciente. Sin embargo, en los últimos días, mucho se ha escuchado hablar sobre ello, principalmente debido a que el ministro Planas ha alzado la voz en defensa de los productos españoles y se ha encargado de trasladar las preocupaciones con respecto al etiquetado nutricional, directamente a la comisaria de Salud y Seguridad Alimentaria, Stella Kyriakides.
Previo al encuentro entre ambos en Bruselas, Planas ya había dejado en claro durante una jornada organizada por el Consejo Oleícola Internacional (COI) que “el etiquetado nutricional armonizado es un debate necesario y absolutamente oportuno”. Esto debido a que espera que la propuesta de la Comisión Europea sea debatida durante la Presidencia española del Consejo de la UE, en el segundo semestre de 2023. Asimismo, Planas ha asegurado que se debe velar por que el etiquetado nutricional se adopte con toda precisión y sirviéndose del conocimiento científico, para así “transmitir las más que demostradas propiedades saludables del aceite de oliva”.
Tras su reunión con Kyriakides, Planas ha vuelto a insistir en la importancia de que la propuesta sobre etiquetado frontal de productos alimentarios refleje la Dieta Mediterránea. Lo que coincide con lo que el ministro de Agricultura viene diciendo desde hace tiempo. En una clara contraposición al punto de vista del ministro de Consumo, Planas considera que “nada que dañe a la dieta mediterránea puede ser aprobado por el Gobierno”. Esto coincide a su vez, con la línea en la que viene trabajando el titular de la cartera de Agricultura, quien viene enfocándose en proyectos para promocionar las bondades de la Dieta Mediterránea y sus productos estrella. Ejemplo de ello es la Mesa de Trabajo Bilateral Italia-España sobre la Dieta Mediterránea, que se ha constituido tras una invitación de la Embajada de Italia en España al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y cuyo fin es la adopción de medidas enfocadas a poner en valor la Dieta Mediterránea.
La idea detrás de esta mesa bilateral es que ambos países trabajen en conjunto, pero también en colaboración con el sector privado y junto a representantes de diferentes organizaciones y del mundo científico, para impulsar el conocimiento de la Dieta Mediterránea. Para ello, la mesa aborda cuestiones de interés que puedan afectar a los productos tradicionales, como es precisamente el caso del etiquetado nutricional frontal. Como lo ha comunicado el Ministerio tras la primera reunión bilateral, “la mesa trabaja en promover la educación alimentaria, una correcta información al consumidor y un etiquetado nutricional que realmente facilite la comprensión del consumidor sin confundirlo”. Lo que, sin duda, hace alusión a los inconvenientes que plantea el Nutri-Score.
Que desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación aborden en conjunto con Italia los problemas que plantea el NutriScore, especialmente en lo que respecta a la penalización de los productos mediterráneos, es una buena señal. Principalmente, porque Italia ha sido uno de los primeros países en reaccionar ante las ya conocidas fallas del algoritmo del etiquetado francés y las malas calificaciones que le otorga a productos como el aceite de oliva, el jamón ibérico y los quesos, entre otros. De hecho, con el fin de proteger a los productos tradicionales de la dieta mediterránea, Italia ha desarrollado un etiquetado alternativo: el Nutrinform Battery. El aspecto fundamental del Nutrinform es que informa a los consumidores y los ayuda a seguir una alimentación diaria sana, variada y equilibrada, según los principios de la dieta mediterránea.
Ya lo ha dicho Planas, España, como primer país productor y exportador de aceite de oliva del mundo, tiene un interés en difundir las bondades del aceite de oliva, al igual que otros de los grandes productores como Italia, Grecia y Portugal. De aquí la importancia de velar por un etiquetado nutricional que recoja adecuadamente la calidad de este producto estrella de la Dieta Mediterránea. Pero la lucha no debe acabar ahí. No se trata únicamente de exigir que se mejore la calificación del aceite de oliva, sino insistir en que España se ponga del lado de los países mediterráneos y defienda la adopción de un etiquetado armonizado que no solo, no penalice a los productos mediterráneos, sino que además se rija en base a los principios de la Dieta Mediterránea, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.