Esa intención de Federico Souza se demostró en la intervención que, en la Junta General de Accionistas, tuvo el vicepresidente de la entidad Martín César Mattos, cuando habló de llegar a acuerdos con los acreedores del club. La intención del club es conveniar con los distintos acreedores y alcanzar acuerdos definitivos que propicien que se haga un plan de pago dentro de las posibilidades económicas de la sociedad y sin necesidad de intervención judicial o, sea, de manera extrajudicial y, por consiguiente, el club podría seguir su andadura sin necesidad de que esté bajo la mirada de los tres administradores concursales.
Ya Mattos puso de manifiesto que la intención de la nueva mayoritaria era que el club no estuviese eternamente judicializado. El primer acuerdo que hay que cerrar es con Hacienda y Seguridad Social que es el máximo acreedor del club, al margen de otros pequeños acreedores y, al mismo tiempo, esperar lo que la jueza dictamina en torno a los poco más de cuatro millones de euros que Morales iba a compensar en acciones, pero que se pueden quedar en crédito. Si finalmente ese dinero pasa a crédito, Morales se convertiría en el segundo mayor acreedor de la entidad xerecista.
También habría que alcanzar un acuerdo con los jugadores que lograron el ascenso de categoría. A estar el equipo inmerso en ley Concursal la prima de ascenso, que deberían haber cobrado a finales de diciembre, ha pasado al Concurso y el dinero se abonará pero en fases. Lógicamente Souza debería negociar ese dinero con los responsables directos del ascenso.
Son muchos pasos los que hay que dar.
poco a poco
Pero esa es una de las ideas que tiene Federico Souza para sacar adelante su recién iniciado proyecto. Evidentemente la Ley Concursal tiene sus problemas a la hora de gestionar libremente y Souza se quiere quitar ese corsé, aunque no será de modo inmediato ya que, obviamente, no va a pagar de una vez todas las deudas existentes, lo que quiere es negociar, conveniar al margen de la administración y presentar una plan de viabilidad real que posibilite la salida del concurso, al que se entró de manera voluntaria.
Las intenciones son esas, ya que incluso cualquier despido no sería admitido por el concurso.
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