La familia del rey la preside Felipe VI. Es el único rey que hay en España. Cuando se critica al padre del rey no se critica al jefe del Estado, al monarca, porque el titular de la Corona sólo es Felipe VI. Al abdicar Juan Carlos I deja de ser rey y se le otorga el título de honorario perdiendo su condición de inviolable. Luego, su hijo lo desposeyó de sueldo y residencia oficial. La decisión de Juan Carlos I de alejarse del país en el que reinó 39 años, hasta que amainara el temporal de las reclamaciones fiscales, es indiferente legalmente pero constituye una anomalía. Se lo pidieran su hijo o el gobierno es irrelevante para la percepción de un país que ha contemplado cómo quien ha sido jefe del Estado coge las de Villadiego para instalarse en un régimen plutocrático y no pagar impuestos en España.
Juan Carlos I se resiste a dar explicaciones, es recibido en su antigua residencia -la Zarzuela- para un almuerzo con su familia, que no es cualquier familia sino la que ostenta la jefatura del Estado. Por eso no es una mera reunión familiar y han dado a conocer que hablaron de “distintos acontecimientos y sus consecuencias en la sociedad española”tras la marcha del padre del rey. Se hace casi en secreto porque es vergonzante todo lo que ha sucedido cuando se ha desvelado la zona oscura de su mandato, que no ha podido ser llevada a la justicia por la dichosa inviolabilidad entendida de forma tan extensiva, que impediría juzgar a un rey si mata a un ciudadano.
Va a resultar que D. Juan de Borbón, que era el sucesor legal de la dinastía borbónica -desposeído “de facto” de sus derechos por Franco, que se los otorgó a Juan Carlos - tuvo mejor reacción que su hijo cuando ha abdicado. Por cierto, Estoril no es Abu Dabi, en Estoril no hay jeques ni ponen el cartel de “todo pagado”. La historia de los Borbones desde la invasión napoleónica es muy deprimente con Fernando VII, Isabel II y los Alfonsos. Juan Carlos I contribuyó decisivamente a la restauración democrática pero eso no tapa sus estropicios financieros. Felipe VI quiere distanciarse de esa estela para garantizar la continuidad monárquica. El prestigio se labra con mucho esfuerzo, se pierde en un instante. Que le pregunten a Corinna y al elefante.
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