Arrancó las risas nada más subir el telón al aparecer en escena seis bustos de Paco Alba. Presentación simpática y con muchos golpes. El primer pasodoble, al regreso a las tablas del Falla tras dos años sin Concurso; el segundo, una crítica a aquellos autores que no cantan a temas locales por miedo a que no se les entienda fuera y no los contraten en otros lugares. Los cuplés, a la vacuna del Covid y a que todo le sale a mal. Estribillo gracioso en el que Paco Alba pide un masaje en las cervicales. Popurrí de poca vergüenza de inicio a final que puso en pie al Falla.
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