Todos esperarán a que transcurra la popular carrera urbana, considerada internacional por el nombre de atletas de élites, pero también porque los jienenses han sabido mantenerla 27 años viva (y los que quedan), ataviándose con ropa deportiva para dar a conocer una de las tradiciones más arraigadas de Jaén.
Es gratificante ver que Jaén apuesta por lo suyo y el ejemplo más claro está en las inscripciones de participantes en la carrera, que llega casi a las 9.000 personas.
Las antorchas portadas en las carreras se quemarán en las hogueras de cualquiera de los barrios, donde sus vecinos repartirán rosetas, brindarán con vino y comerán la tradicional carne de cerdo en forma de panceta, morcilla o chorizos.
Una vez entrados en calor, más de uno se animará con los melenchones, interpretados por los vecinos, independientemente del tono de voz de cada uno. Unísono Jaén correrá, cantará, comerá y bailará la noche de San Antón en torno a lumbres.
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