“Quería cambiar de aires porque no estoy entrando en el equipo y no estoy bien moralmente. Se lo he comentado a Miguel Ángel, pero primero me dice una cosa y luego otra. Ante esta situación, no me queda otra que seguir trabajando. Yo iba a perdonar lo que tenía que cobrar y el club se podría ahorrar el contrato de lo que queda de este año y el que viene. Pero me dicen una cosa y luego me dicen que no. Aquí siempre ocurren cosas raras. Aquí se hacen las cosas como a ellos les apetece, pero lo que me queda es aguantar”, resaltó Mendoza.
Por cierto, que en cuanto a José Ángel Ziganda, el club sigue gestionando su posible salida, tal y como apuntábamos en nuestra edición de ayer. El club se debate entre destituir al entrenador o realizar fichajes en el mercado invernal. Para la primera de las medidas hubo ayer contactos y la dirección deportiva incluso ha hablado con Ziganda. Lo que parece claro es que hay un divorcio entre el técnico navarro y Miguel Ángel Rondán, que podría acabar en la destitución del Cuco, al que sólo le ha salvado el proceso concursal en el que está el club.
Y otro tema pendiente es el de Míchel. El delantero madrileño, a pesar de ser titular ante el Valencia, sigue en situación de transferible. Al menos así se lo indicó Rondán al representante del jugador en la jornada de ayer. “Miguel Ángel no quiere verme aquí el uno de febrero” indicó en Canal Sur Radio. En sala de prensa manifestó que “todo en teoría sigue estando igual que antes de la convocatoria. Antes estaba en el mercado y ahora sigo igual. De todas formas, es una pregunta para otras personas del club. Mi intención, desde julio, no es otra que quedarme aquí”.
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