El Jerez Industrial hace un paréntesis para jugar en Écija

Ricardo habló de empresarios y de apoyos bodegueros, pero sin citar nombres

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  • Tras la derrota de la semana pasada en Lepe, el equipo industrialista jugará otra vez a domicilio.
  • Los jugadores dinamitaron la reunión de Ricardo con la afición
El Jerez Industrial hará hoy un paréntesis en su convulsa vida social e institucional para jugar, a las 17 horas, en Écija ante el equipo local. Sólo hay disponibles catorce jugadores de la primera plantilla, ya que Dani Carrasco se encuentra sancionado al haber acumulado cinco tarjetas amarillas. Enrique Caballero cubrirá la expedición con juveniles, una vez que la Federación Andaluza ha comunicado al equipo que puede utilizarlos. Habrá que ver si finalmente todos los que están se montan en el autobús para jugar ante un Écija que perdió en la primera vuelta en La Juventud. Pero en aquellos finales de agosto la ilusión era patrimonio en el industrialismo, una ilusión que Ricardo con su nefasta gestión ha mandado al garete.

reunión tempestuosa
Como adelantamos en nuestra pasada edición, Ricardo se reunió con un grupo de quince o veinte aficionados para intentar explicarles su proyecto. Se hizo acompañar por su padre, un vicepresidente del club que es la primera vez que ha dado la cara ante la afición, después de cerca de dos años que lleva Ricardo García al frente de la nave industrialista.
Ricardo arremetió contra los jugadores y expuso un plan que muchos aficionados no se terminaron de creer, hasta tal punto que le conminaron a que se marchase por el bien de la entidad, dado el clima que se había creado, un clima insostenible que no hace sino presagiar algo malo en el final de este auténtico drama que, por culpa de alguien que se quiere sostener en la poltrona, está viviendo el industrialismo. El todavía presidente quería que se tomasen decisiones en dicha reunión, a lo que el socio número 1, Juan García, se negó ya que se no se trataba de una reunión formal, no había una representatividad del industrialismo y las decisiones se deben tomar en asambleas oficiales y no en reuniones semiclandestinas como era aquella que se estaba celebrando en la zona de Picadueñas Alta.
Entre enfrentamientos verbales de dirigentes y aficionados marchaba la reunión hasta que, en la misma, irrumpió la plantilla. Hubo un cara a cara desagradable entre algunos jugadores y el propio Ricardo y su padre; incluso los jugadores se mostraron indignados por la presencia de los aficionados en esa reunión cuando ellos habían estado dando la cara en las calles de Sevilla, aunque se les explicó que la reunión había sido organizada por Ricardo y que, en modo alguno, se había tomado determinación alguna, ya que para aprobar algo existen los foros apropiados como son las asambleas de socios. De cualquier modo, los jugadores terminaron dinamitando una reunión que no iba a parte alguna. Ricardo no se quiere ir y va a provocar con su empecinamiento algo grave en la entidad, toda vez que ni siquiera la moción de censura es garantía alguna, ya que si se marchase Ricardo quedaría al frente de la entidad el vicepresidente, que es el padre de Ricardo, por lo que todo queda en familia. Lamentable, pero cierto.
En la reunión, por cierto, Ricardo aseguraba aseguraba contar con un grupo de cinco empresarios dispuestos a invertir en la entidad jerezana y del mismo modo manifestó haber alcanzado un acuerdo con una importante bodega de la ciudad, aunque ni dijo los nombres de los empresarios ni tampoco el de la bodega, acuerdo este último que se antoja algo complicado ya que tiene un compromiso firmado con Nueva Rumasa, donde hay bodegas importantes del marco, por cinco años y no parece que sea normal que otra bodega se añada al patrocinio. En ningún momento, eso sí, dio nombres por lo que todo se queda en sus palabras y en la credibilidad que le pueda quedar. Habló de tener unos setenta u ochenta mil euros para pagar la mitad de lo que se le debe a la plantilla, a cambio de que los jugadores retirasen las denuncias, e incluso atisbó que correría un riesgo en caso de perder la moción de censura, algo incierto ya que el testigo lo cogería su padre.
El padre y vicepresidente del club se presentó a los socios, ya era hora, y señaló que tenía avaladas con su patrimonio dos operaciones del Jerez Industrial, aseverando que tenía casi cerrado el patrocinio de dos empresas más para que la viabilidad económica de la entidad no dependiese de las aportaciones del Consistorio jerezano.
Ángel Garrido, socio que en principio salió para desbloquear la situación, aportó un documento que acreditaba el pago por su persona de 6.000 euros de prima en caso de ganar al filial sevillista. De igual manera se refirió a la prima entregada a la plantilla para el viaje a Lepe, declarando que conocía la procedencia de ese dinero, algo que, según indicó, saldrá a la luz pública en su debido momento.

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