Hay que buscar el momento. Saber cuál es el adecuado. Cuándo estamos acertando en hacerlo y cuando no. La vida son momentos, etapas que van transcurriendo, cartuchos que vamos quemando con el paso del tiempo, que se desvanecen. La dificultad está en saber diferenciar cuándo es nuestro momento. En saber que no nos estamos equivocando de lugar y hora. Porque a veces, no estamos en el momento adecuado y queremos intentarlo. Eso nos lleva en determinadas ocasiones a querer tirar la toalla o a darnos por vencidos. Y quizás, tan solo tengamos que esperar un poco más, seguir trabajando y seguir luchando por lo que queremos. No podemos adelantarnos. Cada cosa a su debido momento. En su justa medida. Es así, la vida nos enseña a veces la cruz de la moneda en lugar de la cara. Y no por ello debemos rendirnos. Nosotros nos encargamos de darle forma a nuestro devenir, de dar opción a que las cosas sucedan. Lo que no sabemos es cuándo van a suceder. Por eso sé paciente, haz que pase pero nunca desistas. Cree en ti y en tus posibilidades. Si ahora no es tu momento, tal vez lo sea mañana.
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