Para la política municipal el año recién terminado ha sido el del endurecimiento en las relaciones entre los grupos del gobierno municipal y de la oposición, de lo que ha sido un buen ejemplo lo ocurrido en el último pleno, solicitado precisamente por el PP y para tratar del tema del tranvía, que si para PSOE e IU puede convertirse en su tabla de salvación, desde luego para el PP es el hilo conductor de su discurso de oposición, lo cual está justificado en los dos casos: para unos porque lo consideran un fuerte apoyo de la gestión si las cosas resultan como ellos esperan; para los otros, porque creen, por el contrario, que el tranvía puede ser el gran impedimento de una victoria electoral con la que sueñan.
De todas maneras este enfrentamiento, en los términos a los que se ha llegado, no va a ninguna parte. Estamos convencidos de que la mayor parte de los vecinos lo que desean es que gobierno y oposición trabajen al unísono por el bien de la ciudad, y que esto lo hagan desde la coincidencia y la discrepancia, por supuesto, pero con tono constructivo y no como ocurre ahora con un lenguaje y lo que es peor, una actitud, impropios de un salón de plenos donde se reúne la expresión de la voluntad popular de los jienenses. Si este ha sido el panorama hasta ahora, no queremos pensar lo que nos aguarda en este largo año preelectoral y más aún cuando el tranvía funcione.