Costaba un mundo imaginar un cierre del XV Congreso del PSOE de Jaén que no se tradujera, de puertas afuera, en un canto estentóreo a la unidad. Todo el ruido generado por la aparición en septiembre de una opción renovadora que reclamaba al líder,
Paco Reyes, un paso al lado, se transformó, a la hora de la verdad, en unanimidades en las dos votaciones que condensaron sintéticamente el desarrollo del cónclave orgánico: 99,5 por ciento de corresponsabilización con el balance de gestión y 94,7 en el respaldo a la nueva ejecutiva. Sin la euforia de congresos precedentes, con demasiadas sonrisas a media asta, lo incontestable es que
Reyes principia su último mandato al frente del partido sabiéndose querido y respetado por sus conmilitones, aunque en cierta medida dolido porque un sector cualificado de sus colaboradores, hijos de sus entrañas, las del aparato al que él lleva dando cuerda desde hace un cuarto de siglo, entendiera que no debería de pilotar en solitario la sucesión. Si
Gaspar Zarrías le eligió sin tener que consensuarlo con nadie, ¿por qué ahora, siendo quién es, estando dónde está, sosteniendo tan satisfactoriamente la hegemonía electoral del PSOE en Jaén, va a tener que acordar previamente con
Felipe Sicilia y
Ángeles Férriz cómo se hace la transición hacia el nuevo liderazgo? Ahí reside el conflicto real, familiar, intramuros. Pero, siendo
Férriz y
Sicilia referentes incuestionables de poder en las alturas, ¿cómo no van a participar en la arquitectura del cambio de ciclo? “
Pues no, mire usted, aquí mando yo, y ellos asistirán, como el resto, a la inauguración oficial del nuevo tiempo cuando corresponda, y serán partícipes del mismo en el momento preciso, ni un minuto antes”. “Esto es lo que le tienes que decir a esa caterva de desagradecidos”.
Paco Reyes, como todos los popes que se precien, dispone de una claque que más veces de las aconsejables se anticipa a sus deseos, marcando la hoja de ruta del que pretende ser, y parecer, más papista que el papa. Tras el último acto de entrega de banderas andaluzas presidido por el PSOE, febrero de 2018, parte del núcleo duro del político bedmarense, en
petit comité, abogaba indisimuladamente por avanzar en la formación y consolidación de su joven pupilo, y paisano,
Juan Francisco Serrano, como su relevo natural.
“¿Quién mejor que Juanfran?”. “
Antes hace falta que adquiera mayor experiencia y proyección: una dirección general en la Junta, un escaño en Madrid…”. El Gobierno de la Junta se perdió a finales de ese año, pero un puesto discreto de salida al Congreso, el número 3, fue la citada lanzadera… El cumplimiento de los supuestos en el corto plazo hizo que solícitos cómplices de antaño en la estrategia, hoy se permitan disentir abiertamente; no porque
Juanfran no pueda ser un buen aspirante, de los mejores entre los posibles, sino por la metodología empleada. Cuando
Felipe Sicilia, como enviado taimado de
Ferraz, en el último trimestre de 2020, se postula como rival de
Susana Díaz en el transcurso de una gira programada, sin contar con el plácet preceptivo de
Reyes, el espíritu irreductible del ‘
Estilo Jaén’, que sólo puede estar encarnado legítimamente por
Paco, monta en cólera. Entonces,
Ángeles Férriz, caída en desgracia entre los ‘pata negra’ del
susanismo, hace causa común con la dirección de
Hurtado, secundando a
Paco y formando tándem con
Juanfran. Luego, sin embargo, la operación del
sanchismo con respecto a Andalucía, la alternativa de
Juan Espadas, la encumbraría en Sevilla y su reencuentro con
Sicilia se hizo inevitable. El marmolejeño
Manuel Lozano, en los prolegómenos de Expoliva, alentado por otros 15 alcaldes-secretarios locales, reveló al líder
Reyes, su intención de optar a la secretaría provincial.
Paco, empero, reclamó al menos año y medio más de adhesión incondicional para afrontar con garantías el enfático año electoral que se avecina, de junio a junio. Nada de primarias. Renovada la mayoría en Diputación llegada sería la hora de acometer con determinación su sucesión. Desde el consenso o el disenso. La mediación de
Víctor Torres y
Julio Millán, entre otros, dejó visto para sentencia el desenlace sin confrontación escenificado el pasado sábado.
Lozano de ‘2’ y voto de confianza a
Reyes para confeccionar una ejecutiva en la que ambas sensibilidades tengan cabida.
La continuidad en el reducido grupo de imprescindibles de
Hurtado de
Jacinto Viedma y
Paqui Medina, la incorporación de
Isabel Uceda –recuperada para el
reyismo tras comenzar el baile del lado de los renovadores, al igual que el poceño
Iván Cruz- sustituyendo a
José Latorre en la secretaría de Política Municipal, la alcaldesa de Úbeda –leal a
Paco a carta cabal- en Relaciones Institucionales, la integración con áreas –no tan relevantes- de adalides del cambio como
Lola Marín,
Yolanda Reche o
Laura Nieto…
Sicilia y
Férriz estuvieron en primera fila sin formar parte del elenco de intervinientes. Tampoco habló
Paco en el mitin de
Pedro Sánchez a principios de septiembre en Jaén. Donde las dan, las toman. La paz fue posible en pos del pan común. El mañana, en todo caso, lo determinarán las urnas. Líderes emergentes sin padrino dejan de hacer sombra. O sea.