Eso sí, antes de llevar la nueva norma a la práctica, “la vamos a estudiar con total detenimiento, porque por comas o puntos, las cosas pueden cambiar mucho, y ya tuvimos problemas la última vez cuando a algunos establecimientos se les permitió instalar máquinas dispensadoras de tabaco”, insistía franco.
Pese a que en esta ciudad la aplicación pueda demorarse tan sólo unos días más, ya que desde el lunes está permitida legalmente su venta, los dueños de estos negocios han visto una luz en la crisis que mantienen desde hace años pues, “no es sólo los quince céntimos de euros que nos deja cada una de las cajetillas de cigarros que vendemos, sino que es otra manera de atraer a la clientela, de que compren aquí también el periódico, las revistas, y les sea más cómodo al ser más cercanos que los estancos, ya que hay hasta 95 establecimientos que venden prensa”.
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