Andalucía

“Saber que se puede”, los cortos de ANAED que muestran cómo se puede salir de la depresión

El proyecto de la Fundación ANAED ha sido presentado en el parlamento andaluz en el trascurso de la Jornada Depresión y Suicidio en Andalucía

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  • Pretende visibilizar, ayudar e integrar a los pacientes con depresión, mostrando la realidad de esta patología y ofreciendo un mensaje real y positivo
  • Casi 3.000.000 de personas padecen depresión en España. El suicidio, su consecuencia más nefasta, es la primera causa de muerte prevenible en España
  • Andalucía es la comunidad que presenta las tasas más altas de suicidio con un fallecimiento cada 14 horas por este motivo

Cerca de tres millones de españoles padecen depresión. El suicidio es la consecuencia más grave de esta patología siendo, hoy por hoy, la primera causa de muerte prevenible en España. El número de fallecimientos por suicidio duplica el de los accidentes de tráfico; es 13 veces mayor que el número de homicidios y multiplica por 79 veces el número de defunciones por violencia de género. Estos son algunos de los datos ofrecidos en el trascurso de la Jornada Depresión y Suicidio en Andalucía, y que ponen de manifiesto “la necesidad de actuar de manera urgente y efectiva en la prevención, visibilidad y tratamiento de la depresión en todas sus vertientes y en todos los colectivos. Especialmente en aquellos más vulnerables”, asegura José Ramón Pagés Lluyot, coordinador de la Fundación de la Asociación Nacional de Ayuda al Enfermo de Depresión (ANAED).

Conscientes de esta situación, la Fundación ANAED presenta el proyecto “Saber que se puede”, que cuenta con la colaboración de Janssen, y que consta de cinco cortos que muestran en primera persona la realidad de la depresión y cómo se puede salir de ella. Esta primera parte del proyecto se centra en retratar la depresión en los siguientes colectivos: adolescentes, ancianos, mujeres víctimas de violencia de género y pacientes de VIH y Cáncer. El “objetivo de este proyecto es formar, concienciar, informar y normalizar una enfermedad que la sociedad tiende a no visibilizar minimizando los terribles efectos que provoca, no solo en los pacientes, sino también en todo su entorno”, asegura Pagés.

 

Proyecto “Saber que se puede”

“La depresión no sólo desestructura familias, equipos de trabajo o rompe amistades, también destruye los vínculos de las personas que la sufren con todo su entorno, por eso es importante que una información veraz llegue a todos. Si apoyamos esta información con testimonios reales que narran pensamientos y sentimientos, situaciones, emociones, retos, y ejemplos de superación, el mensaje es más claro y más fuerte”, explica Pagés, que asegura que el objetivo de “Saber que se puede” estaría más que cumplido si “los videos se convirtieran en virales. Están pensados para que puedan ser compartidos y llegar al mayor número de personas posible, para que aquellos afectados puedan sentirse identificadas con estos casos en los que la depresión ha rondado o ha entrado directamente y con fuerza hasta el fondo de sus vidas y, en muchos casos, han conseguido hacerle frente”.

En este sentido, David Hernández Alcaraz, director de los cortometrajes y productor de Daristóteles, compañía encargada del proyecto, coincide en destacar que “los cortometrajes no han de tener una vida efímera, sino que han de servir como manifiesto de la falta de visibilidad que estas patologías tienen, además de servir como herramienta de comunicación para llegar al mayor número de personas. La sociedad está muy acostumbrada a girar la cara cuando algo le incomoda como la depresión, el suicidio… Sin embargo, los protagonistas de estos cortometrajes han mirado directamente a la cámara y han sido muy valientes al querer compartir su historia directas o indirectas para que sirva de ejemplo. Hablar es el primer paso para salir de la depresión”, concluye.

 

El cortometraje dedicado a los adolescentes ha sido galardonado con el premio al Mejor Corto de Salud Mental y el premio del Público en el 5.º Festival de Cine y Salud Mental, organizado por ASEANS, así como ganador al Mejor Cortometraje Social en el 5.º Festival ArtMov 2021.

 

La depresión y el suicidio en Andalucía

Andalucía es la comunidad que presenta las tasas más altas de suicidio con un fallecimiento cada 14 horas por este motivo. Si bien es cierto que los expertos han apuntado que esta tendencia ha mostrado un ligero retroceso en el último año, el coordinador de ANAED asegura que las personas afectadas por depresión cuentan con escasas herramientas sociales a la hora de hacer frente a esta patología. La sociedad no ayuda al convertir este tipo de patologías en tabú, las familias desconocen cómo actuar ante esta situación y las administraciones deben dotar de mejores recursos la asistencia sanitaria. “Por poner un ejemplo, la media europea es de 18 profesionales especializados en salud mental por cada 100.000 habitantes, en España contamos con seis por cada 100.000 habitantes y en el caso de Andalucía el número de profesionales se reduce a tres”.

Por su parte, uno de los coordinadores del Plan Integral de Salud Mental de Andalucía (PISMA), Javier Romero Cuesta, asegura que es fundamental poner el foco de la atención sanitaria en la prevención. “En Andalucía se ha creado un grupo de trabajo multidisciplinar para analizar, identificar y proponer mejoras. Entre estos aspectos destaca la creación de programas intensivos en la atención al paciente con conducta suicida en cada UGC”, explica Romero Cuesta.

En el caso de los adolescentes, todos los participantes coincidieron en destacar el preocupante aumento en los índices de depresión que se registran en este colectivo. Según Romero Cuesta, “sabemos que a nivel nacional el suicidio es la tercera causa de muerte en el grupo de edad de entre los 15 y los 29 años”. Sin embargo, no hay una respuesta clara, según los expertos. “Posiblemente, el adolescente es más sensible a la pérdida de la rutina diaria y a la ‘desconexión’ vital que se ha producido con la pandemia. Es una edad mucho más intensa y por ello pueden tolerar peor el freno vital que se ha producido. Contando además la incertidumbre del futuro que puede nublar sus expectativas a medio y largo plazo”, asegura Romero Cuesta.

En opinión de Pagés y en base a la experiencia de la Fundación, los adolescentes “sufren niveles de frustración muy altos. La sociedad está cambiando de manera vertiginosa y es factible que a esta velocidad no encuentren su sitio. Se dice que para educar a un niño es necesario contar con una tribu, y la sociedad actual evoluciona hacia un modelo opuesto. El ser humano, que es un ser social, es cada vez más individual y autosuficiente. Perdemos el contacto y con ello la cercanía que permite conocer y ayudar”, concluye Pagés.

 

Modelo afectivo-efectivo

La humanización de la asistencia es uno de los objetivos hacía el que avanza el modelo de atención sanitaria en nuestro país. En este sentido, Janssen ha presentado durante la jornada el Modelo Afectivo Efectivo en el que trabaja desde hace años, en colaboración con diferentes agentes sociales. Este modelo “incide en las tres dimensiones del sistema: personas, espacio y organizaciones; identificando necesidades en las que se puede actuar para mejorar la atención afectiva-efectiva de las personas, ya sea directa o indirectamente, respondiendo con soluciones según su ámbito de actuación”, asegura Ramón Frexes, director de Relaciones Institucionales de Janssen España.

El Modelo Afectivo Efectivo es la forma de cuidar y curar al paciente como persona, con base en la evidencia científica, incorporando la dimensión de la dignidad y la humanidad del paciente, estableciendo una atención basada en la confianza y empatía, y contribuyendo a su bienestar y a los mejores resultados posibles en salud. “Existe una evidencia científica de la afectividad. Se trata de un modelo trasformador, dinámico y flexible capaz de adaptarse a las nuevas necesidades”, concluye Frexes.

 

 

 

 

 

 

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