El Monasterio del Diablo en Carmona ha sido escenario de numerosas investigaciones paranormales. Entre ellas, destaca la experiencia vivida por Juan Luis, quien, a pesar de su escepticismo inicial, se adentró en este lugar maldito en busca de respuestas.

Al llegar al monasterio al atardecer, Juan Luis se dirigió a la fresquera, el punto más cálido del lugar. Allí, mientras grababa con su cámara, sintió pasos y la presencia de alguien que descendía. Una sombra alta se recortó en la puerta, provocando en él una sensación de inquietud y falta de aire.

Un viaje en el tiempo

En ese instante, Juan Luis experimentó una regresión, transportándose a una época en la que el monasterio aún estaba en uso. Se vio envuelto en una estructura imponente de piedra ocre, rodeada por un muro alto y cubierta de enredaderas. La puerta principal, cerrada con una cadena y una cerradura oxidada, le daba acceso a un patio oscuro y frío, donde una zona central con hierbas y musgo completaba la escena.

Con cautela, Juan Luis se adentró en el monasterio, encontrando un lugar en ruinas, donde el pasado y el presente se mezclaban de forma inquietante. El aire estaba lleno de polvo y una extraña sensación lo invadía, como si algo lo observara a cada paso.

En una de las habitaciones en ruinas, encontró una gran mesa de madera y una silla antigua. En la pared, un altar con velas apagadas y símbolos extraños tallados en la piedra completaba el escenario. De pronto, un ruido detrás de él lo hizo voltear, pero no vio a nadie. Sin embargo, una presencia oscura y fría lo recorrió, haciéndolo temblar. Era la misma sombra que lo había atemorizado en la fresquera.

Un libro antiguo y una figura encapuchada

Decidido a continuar explorando, Juan Luis pasó por varias habitaciones vacías y en ruinas hasta llegar a una escalera que conducía a un sótano oscuro. La fresquera lo esperaba. Bajó por la empinada y oscura escalera, decidido a descubrir qué secretos guardaba ese lugar.

Al llegar al sótano, se encontró en una pequeña habitación oscura. En el centro, una mesa con un libro antiguo cuyas hojas estaban llenas de símbolos extraños y escritos en un idioma desconocido. Mientras leía, un nuevo ruido lo alertó. Al voltearse, vio una figura oscura y encapuchada que se acercaba lentamente hacia él.

Aterrorizado, Juan Luis huyó del sótano y del monasterio, dejando atrás la figura encapuchada y el libro antiguo. Su experiencia en el Monasterio del Diablo lo había marcado profundamente, haciéndolo cuestionar sus creencias y enfrentándolo a una realidad paranormal que jamás habría imaginado.

Un misterio sin resolver

La experiencia de Juan Luis en el Monasterio del Diablo sigue siendo un misterio sin resolver. Las preguntas sobre la naturaleza de la sombra, la presencia oscura y la figura encapuchada permanecen sin respuesta. Lo que sí es cierto es que este lugar maldito sigue atrayendo a aquellos que buscan adentrarse en lo paranormal, a pesar de los riesgos que ello implica.

Juan Luis, con el rostro pálido y la voz temblorosa, narró su aterradora experiencia en el Monasterio del Diablo. Un relato que desafía la lógica y nos adentra en los oscuros confines de lo paranormal.

Intentando escapar de una figura que lo perseguía, Juan Luis se vio arrastrado hacia una habitación oscura. Allí, rodeado de figuras encapuchadas que susurraban en un idioma desconocido, la presión en su cabeza lo hizo perder el conocimiento.

Al despertar, se encontró atado a una silla, inmóvil y rodeado de las mismas figuras encapuchadas. Sus rostros ocultos tras máscaras demoníacas y un ritual escalofriante en marcha. La ofrenda: él mismo.

Mientras tallaban un símbolo en su pecho con un cuchillo oxidado, una presencia oscura y fría invadió la habitación. El diablo, con su figura alta y delgada, cuernos en la cabeza y una sonrisa malvada, se hizo presente.

El diablo le ofreció a Juan Luis riquezas y poder a cambio de su alma. Pero él se resistió, sintiendo una presión cada vez mayor en su mente. Justo cuando todo parecía perdido, una luz brillante lo liberó del tormento.

Juan Luis logró escapar del monasterio, perseguido por el recuerdo de lo vivido. Algo había cambiado dentro de él. Había visto lo inexplicable y experimentado el miedo más profundo.

A pesar de la incredulidad de algunos, Juan Luis no pudo olvidar lo que había vivido. Las pesadillas, los sudores fríos y la sensación de ser observado lo atormentaban.

El Monasterio del Diablo había dejado una marca imborrable en él. Un lugar misterioso y peligroso que le enseñó a respetar los límites y a no jugar con fuego.

La experiencia de Juan Luis nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del miedo, la posibilidad de lo paranormal y los límites de la realidad. Un relato que nos deja con más preguntas que respuestas, pero que sin duda nos cautiva con su atmósfera de misterio y terror.

¿Realidad o ficción?

Queda en la mente del lector decidir si la experiencia de Juan Luis fue una regresión, una pesadilla o un hecho paranormal. Lo que sí es cierto es que su relato nos transporta a un mundo de sombras y oscuridad, donde lo inexplicable cobra vida y nos confronta con nuestros miedos más profundos.

 

*Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a correo@garciabautista.net