En las profundidades del histórico Hospital San Lázaro de Sevilla, donde la luz lucha por atravesar los gruesos muros y el silencio es interrumpido solo por el eco de los pasos apresurados, se esconde una historia que eriza la piel: la leyenda de la monja fantasmal.
La investigación la reflejo en mi libro: "Sevilla Terrorífica 2" (Ed. Samarcanda) cuando una enfermera, cuyo nombre se guarda en el anonimato para proteger su identidad, se convirtió en testigo de este fenómeno paranormal hace algunos años. Mientras realizaba su ronda nocturna por los pasillos solitarios, una extraña sensación de inquietud la invadió. Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando en el ala de cuidados intensivos, un tenue destello de luz se movía furtivamente en la distancia.
Intrigada por lo desconocido, la enfermera decidió seguir la luz parpadeante. Su camino la condujo a una habitación vacía, un lugar que nunca antes había explorado. Un aire frío y denso la envolvió mientras se adentraba en la estancia, y de repente, la vio: una figura fantasmal de una monja ataviada con un hábito antiguo.
La monja espectral se encontraba de pie en un rincón oscuro, sus ojos fijos en la enfermera, sin emitir sonido alguno. Sin embargo, a pesar de la ausencia de palabras, la enfermera sintió una conexión inexplicable con la presencia fantasmal. En sus ojos, percibió una mezcla de tristeza y serenidad que la conmovió profundamente.
El encuentro fue tan impactante que la enfermera no dudó en compartir su experiencia con sus compañeros al día siguiente. Para su sorpresa, uno de los médicos le reveló que no era la primera vez que se escuchaban historias sobre la monja fantasmal. Varios miembros del personal del hospital habían reportado avistamientos similares a lo largo de los años.
La Dama Blanca del Hospital San Lázaro: Un misterio sin resolver que perdura en el tiempo
Todo comenzó con la experiencia paranormal de una enfermera, cuyo nombre se guarda en el anonimato para proteger su identidad. Una noche, mientras realizaba su ronda habitual por los pasillos solitarios, se topó con una presencia inesperada: una figura etérea de una monja ataviada con un hábito antiguo. La monja espectral la observaba en silencio desde un rincón oscuro, sus ojos emanando una mezcla de tristeza y serenidad.
Intrigada por este encuentro inexplicable, la enfermera comenzó a investigar la historia del hospital. Descubrió que, en el pasado, el San Lázaro había estado bajo la administración de una orden religiosa de monjas dedicadas al cuidado de los enfermos. La imagen de la monja fantasmal que había visto podía ser el espíritu de una de estas religiosas, cuyo amor por los pacientes la había llevado a permanecer en el lugar que un día llamó hogar.
A medida que la historia de la enfermera se difundió por el hospital, otros miembros del personal comenzaron a compartir sus propias experiencias paranormales. Algunos aseguraban haber escuchado susurros en los pasillos vacíos, mientras que otros sentían una presencia invisible en las habitaciones desocupadas. Aunque cada relato era único, todos coincidían en un punto: la presencia de la monja fantasmal.
El misterio de la Dama Blanca del Hospital San Lázaro despertó el interés de investigadores paranormales y aficionados a lo desconocido. Algunos escépticos atribuían los sucesos a la sugestión o al cansancio, mientras que otros estaban convencidos de que se trataba de la manifestación de un espíritu inquieto.
Incluso algunos pacientes del hospital afirmaron haber tenido encuentros con la monja fantasmal. Algunos describían una presencia tranquilizadora en sus habitaciones durante la noche, mientras que otros decían haber visto una figura blanca en la esquina de sus camas. Estos testimonios solo avivaron la intriga en torno al misterio.
Con el paso del tiempo, la historia de la monja fantasmal se convirtió en parte de la identidad del Hospital San Lázaro. A pesar de la atención y los esfuerzos por comprender el fenómeno, el misterio de la Dama Blanca permaneció sin resolver. Algunos creían que su espíritu estaba atado al hospital por su devoción al cuidado de los enfermos, mientras que otros especulaban que había algún asunto pendiente que la mantenía en este plano terrenal.
La experiencia de la enfermera con la monja fantasmal del Hospital San Lázaro es un recordatorio de que existen muchos misterios en el mundo que aún no podemos explicar completamente. La ciencia y la razón intentan dar sentido a estos fenómenos, pero hay ocasiones en las que lo inexplicable desafía nuestras explicaciones lógicas.
El Hospital San Lázaro seguirá siendo un lugar fascinante para aquellos interesados en lo paranormal y la historia. La monja fantasmal, con su presencia serena pero inquietante, continúa siendo un enigma que evoca preguntas sin respuesta. Quién era esta monja en vida y por qué su espíritu aún vaga por el hospital son interrogantes que tal vez nunca conozcamos.
¿Quién es la monja fantasmal? ¿Qué la ata al Hospital San Lázaro? Las respuestas a estas preguntas siguen siendo un misterio, alimentando las leyendas y rumores que envuelven a este emblemático lugar. Lo que sí queda claro es que la monja fantasmal se ha convertido en parte de la historia del hospital, un recordatorio de que a veces, entre las sombras y el silencio, se esconden realidades inexplicables.