En momentos donde se pone en duda la necesidad de invertir en servicios públicos, cuando hemos sufrido y seguimos sufriendo una crisis trampa, que nos ha planteado la necesidad de volver a tiempos remotos donde estos servicios estaban en función del que tiene, puede, mientras que los sectores más empobrecidos se tenían que acostumbrar a seguir en los mismos niveles de donde partían y sin posibilidades de progresar porque no podían pagar esos servicios, es cuando hay que ser más radical en la defensa de esos servicios públicos.
De la misma manera se nos ha acostumbrado a escuchar que no podemos gastar más de lo estrictamente necesario, reduciendo los gastos porque no podemos estar por encima de nuestras posibilidades y otras lindezas propias de las teorías y las prácticas más neoliberales. Se han puesto ejemplos tan lacerantes como la imposibilidad de tener profesorado para los que más lo necesitan porque no nos lo podemos permitir, o que los centros vean reducidos sus gastos de funcionamiento hasta el punto de tener que pedir a las familias que manden papel higiénico a los colegios.
Cuando parece que todo se tambalea, el sistema educativo andaluz se ve sostenido por el trabajo, a veces demasiado callado, del profesorado que en su inmensa mayoría ha hecho un esfuerzo superior a sus posibilidades para que el nivel del propio sistema no decayera. En definitiva, cuando a una de las “joyas de la corona” le aparecen grietas de todo tipo que se necesita reparar, cuando se comprueba cómo la administración educativa andaluza y monocolor abandona la defensa de la escuela pública, cerrando unidades públicas y permitiendo unidades privadas concertadas sin ningún pudor, es cuando hay que decir bien alto y claro que hasta aquí hemos llegado. Esta situación debe cambiar y ese cambio tiene un primer eslabón fundamental:
hay que invertir en educación por encima de lo “posible”, porque ello supone una apuesta por un futuro mejor.
Hay que decir de manera contundente que la educación no tiene un problema de gasto, sino de inversión. Aceptar que el sistema educativo tiene que gastar más es una trampa de la peor calaña, porque ello predispone a que si no hay recursos suficientes no tenga que ser prioritaria la inversión en educación.
El blindaje de un mínimo de inversión del 7% de la riqueza de Andalucía debe ir al sistema educativo público y ello se deberá hacer de manera paulatina y permanente, pero en esta próxima legislatura Andalucía tiene que llegar a ese mínimo de manera inexorable. Ese es parte del compromiso con Andalucía que EQUO Verdes-INICIATIVA Andalucía tiene con las andaluzas y los andaluces, y por ello vamos a trabajar conjuntamente con la comunidad educativa y con los sindicatos para conseguirlo. No es por gusto, es por derecho. Porque cuidamos Andalucía entre todas y todos.
José Antonio Jiménez
Candidato de EQUO Verdes-INICIATIVA Andalucía
