Sí, de forma clara y transparente nos mostramos los ecologistas. Somos agua. Estamos por todas las personas, por el lugar en el que vivimos, por la casa que compartimos, por nuestro planeta.
Somos parte de un gran ecosistema, nos relacionamos con las personas y con el resto de seres vivos. Compartimos espacio, compartimos recursos. Cambiar el maltrato por el “buen trato” es nuestro objetivo para las especies con las que compartimos el planeta.
Tenemos el aire, el sol, la tierra, nuestras manos y nuestro corazón para hacer una Andalucía mejor. Una Andalucía donde quepamos todas. Desde el principio hasta el final de nuestras vidas, sin ser excluidas del sistema. Una Andalucía donde lo público sea tratado como el bien común de todas que es. El lugar desde donde se rescata a las personas y se les da alas para que puedan vivir de forma libre e independiente.
¿Imaginas que algún día al abrir el grifo no saliera agua? ¿O que no pudieras salir a la calle porque el aire de las ciudades fuera tóxico? El trato que le estamos dando al planeta no es el mejor para evitarlo. Y aunque este año hayamos vuelto a subir las emisiones de dióxido de carbono, estamos a tiempo de cambiar el rumbo de nuestra existencia en el planeta. Desde lo local hasta lo global tenemos oportunidades y algunas iniciativas potentes recorren nuestra Andalucía de Oeste a Este, desde Salvemos Doñana hasta el movimiento por el Río Aguas, pasando por las iniciativas a favor de los caminos públicos. Somos conscientes de los recursos naturales nos dan la vida y debemos preservarlos utilizándolos de forma consciente y sostenible para que les llegue a las generaciones futuras de la forma en que nos llegó a nosotras. Aunque individualmente somos Quijotes luchando contra gigantes, colectivamente, remando en la misma dirección, conseguiremos cambiarlo todo.
Necesitamos trabajar desde la inclusión, el pacifismo y los cuidados por nuestro planeta, porque solo tenemos uno. Desde la educación a la sanidad, todo está influido por nuestro medio ambiente y todas nuestras acciones influyen sobre él.
Transformar la economía debe ser la piedra angular del cambio hacia el futuro ecologista y feminista que queremos ver para acabar con la precariedad y con la brecha salarial desde la promoción de un empleo que nos cuide y consiga un medio ambiente más limpio, más sano. Apostar por un empleo que nos permita tener un proyecto de vida desde la juventud. Que ponga facilidades para emprender, para trabajar en lo que realmente nos guste, que allane nuestro futuro.
Un futuro que debe empezar por un cambio de nuestro sistema educativo. Por tener un sistema que cumpla con la Declaración de Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas, que aboga por una educación inclusiva, en igualdad de oportunidades para todas, independientemente de las capacidades de cada cual. Necesitamos una escuela que haga de la comunidad y la transversalidad palancas de cambio en la mente de los más pequeños para hacerlos más libres, para que puedan tomar sus propias decisiones. Una educación no segregadora que se desarrolle en aulas accesibles, cómodas y habitables. Unas aulas con menos alumnos, unas aulas abiertas a que los alumnos salgan a conocer la realidad que les rodea y que el conocimiento del exterior la inunde.
Debemos apostar por un sistema que el final de nuestra vida nos arrope en nuestro hogar. Dándonos las facilidades que necesitamos y no empujándonos a residencias que para muchas personas se convierten en cárceles, porque difícilmente puedan hacer vida fuera de ellas.
Necesitamos una sanidad que promueva tener una buena salud, que se preocupe más de prevenir que de curar, aunque ambas sean necesarias. Se puede decir que actualmente comemos y respiramos el noventa por ciento de nuestras enfermedades. Necesitamos un sistema que crezca en profesionales, porque tenemos a los mejores y se están yendo fuera por falta de oportunidades. Tenemos que aumentar el número de enfermeras para dejar de estar a la cola de la Unión Europea en número de estas por paciente. Tener más profesionales para que las listas de espera dejen de aumentar, para que los centros de salud dejen de estar colapsados.
Para cuidar nuestra salud y la de nuestro planeta debemos de cambiar la forma en la que producimos nuestra energía y la forma en la que nos movemos. Toca apostar por las energías renovables, el sol y el viento están esperándonos para que Andalucía encabece la revolución energética que nuestro planeta necesita. También vamos a seguir apostando por una movilidad accesible y sostenible, en las ciudades y fuera de ellas: la bici, el caminar, el transporte público y el ferrocarril. Que nadie pierda el tren.
Francisco Sánchez Molina
Coportavoz EQUO Andalucía Verdes
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