Esta Navidad Alhaurín de la Torre será escenario del primer Certamen de Belleza ‘Miss Fashion Curvy’, organizado por el Ayuntamiento y dirigido a mujeres con edades comprendidas entre 18 y 30 años que tengan a partir de una talla 44, en un evento que tendrá lugar en instalaciones municipales.
Hace un mes, cuando tuve conocimiento de esto, envié un mensaje a los portavoces de los grupos políticos y a la responsable municipal de Igualdad y hablé con la persona organizadora, una chica de Alhaurín ganadora de un certamen nacional de tallas grandes. Les decía que suponía que estaban organizando esto porque entendían que dar acceso a mujeres con tallas superiores al canon comercial a un concurso de mises era positivo para ellas, pero que estaban en un grave error y que replanteasen el evento que no contaba en absoluto con mi apoyo. Ninguna respuesta.
Tras los castings de belleza de cuerpos de mujeres con talla por encima de la 44 en la ciudad en la que soy concejal, me veo en la obligación de levantar la voz y justificar por qué un Ayuntamiento no debe organizar ni patrocinar este tipo de eventos, y por qué esta clase de concursos hacen un flaco favor a las mujeres y a nuestra sociedad.
En una sociedad que presume de igualdad de género, en un Ayuntamiento que dice defender a las mujeres contra el machismo, y a pocos días de la celebración del Día Internacional contra la Violencia de Género, no debería tener hueco alguno (y menos organizado por el Ayuntamiento) un certamen de estética rancia y machista que exalta el concepto de la mujer como objeto.
Un certamen de belleza no es una pasarela de moda, donde lo que se exhibe y valora es la ropa exaltada por las cualidades de las modelos que la portan. En un certamen de mises se puntúa el cuerpo femenino. No hay nada más machista. Hacer pasear a mujeres y puntuarles el cuerpo las convierte en objetos, cosificándolas y comercializándolas, que es lo que siempre ha hecho nuestra sociedad patriarcal que lleva décadas imponiendo estereotipos de belleza y comportamiento a las mujeres colocándolas en una posición subordinada.
Y lo peor es que las propias participantes y buena parte de la sociedad no son conscientes de ello. Porque los tiempos van cambiando y se van incorporando nuevos lenguajes y justificaciones que incluso hablan de estos eventos como oportunidad de empoderamiento de la mujer, aunque el fondo y la estética de estos certámenes siguen siendo casposos y rancios; pero en cierta forma consiguen confundir presentando la belleza como vía de ascenso en nuestra sociedad por encima de otros méritos.
Supongo que tanto las participantes como sus familiares acuden a estos eventos ilusionadas, pensando solo en que es una oportunidad para ser reconocidas y premiadas con una corona en una sociedad que da pocas oportunidades. Pero las invito a plantearse si participando en algo así, que otros han creado, no están aceptando poner la estética por encima de otros valores, perpetuando ideas retrógradas y perjudiciales para el papel de la mujer en el futuro y, de alguna forma, interiorizando su propia opresión.
Y da igual que el certamen se dedique a las chicas con tallas grandes, a las más bajitas, o a las que tengan el pelo más o menos corto. Un concurso de belleza para mujeres con talla fuera de los cánones comerciales no reivindica su aceptación ni su normalidad en nuestra sociedad, sino que las iguala con otras mujeres objeto. La defensa de la dignidad de la mujer tiene mejores escenarios que un concurso de mises.
No se consigue nada en favor a la aceptación de las mujeres con más talla imitando a otras mujeres con menos talla posando con un traje de baño y buscando la aprobación externa. Como no se conseguiría nada en favor a la igualdad de la mujer limitando las reivindicaciones a poder participar en el ejército o en los partidos de futbol. No os dejéis engañar, el sistema patriarcal no solo nos impone estereotipos de belleza y comportamiento, sino que nos condiciona para que interioricemos el mensaje de que realmente somos nosotros los que queremos esos estándares.
Las mujeres y los hombres debemos poner todo el esfuerzo en empoderar a la mujer por otras vías, en feminizar la sociedad, porque vosotras sois los mejores agentes de cambio de nuestro futuro. Nuestra sociedad necesita que las mujeres ocupen más espacio en la palestra pública, en las universidades, en la política, en las empresas, que podáis poneros la ropa que queráis y sentiros orgullosas de vuestro cuerpo y de vuestra sexualidad, sin necesidad de luciros y competir en un concurso de belleza. Ese es el ejemplo que deben ver para luego seguir nuestros hijos e hijas. Solo así conseguiremos acabar con el machismo, con la desigualdad, y hasta con la violencia de género.
Y a los responsables públicos, al alcalde de mi pueblo, les pido que no sean hipócritas. Que no hablen de igualdad y derechos de la mujer y luego ofrezcan el vergonzoso espectáculo de sentarse en una mesa como jurado para puntuar el cuerpo de chicas que pasan en traje de baño por delante de él. Estamos a tiempo.
Juan Manuel Mancebo Fuertes.
Concejal en Alhaurín de la Torre y miembro y coportavoz de Electores-EQUO.